Los hijos de Robert Reford: una historia de superación por cada uno
Amy Redford está trabajando en dos películas para 2013 como directora. 'El americano', con Topline Enterntainment , y 'Phoenix', que tiene un presupuesto de tres millones de dólares. Su hermano, James Redford, ha dirigido este año un documental sobre la dislexia y ha producido un documental junto a su padre, Robert. Parece que le ha salido una buena camada de cineastas al bueno de Robert, pero la historia de los hijos del actor está llena de dificultades. Enfermedades, asesinatos; superación y... éxito.
El primero de sus hijos, Scott, falleció a los cinco meses de nacer en 1959. Para Robert fue quizá la experiencia más dura de su vida, era muy joven, y su carrera como actor no había hecho más que empezar. El pequeño falleció por muerte súbita. En aquel entonces, según ha confesado Redford años después, no se sabía nada del SIDS (Suden infant death syndrome) y pensaron que habían hecho algo mal. "Como padre tiendes a culparte a ti mismo, eso te deja una marca que nunca se curará", explicó en AARP Magazine.
La joven pareja, él y a Lola Van Wagenen, a la que conoció con 17 años sufrieron un duro golpe. Redford, que había sido casi un delincuente juvenil, que odiaba las normas y lo establecido, sufrió un golpe que lo cambió para siempre.
No obstante, decidieron paliar el dolor teniendo más hijos. Primero llegó Shauna, luego James y ocho años más tarde, Amy. Los tres churumbeles le han dado siete nietos. El actor está encantado. Como fue un chico difícil, confesó en la aludida entrevista que necesitaba demostrar que podía tener una familia numerosa y ser muy responsable. Cosas del karma.
Como algún tipo de designio tiene que tener que todos sus hijos hayan terminado relacionados con el séptimo arte. Unos como cineastas, Amy y James, y otros casados con cineastas, como es el caso de Shauna ¿Quién sabe si buscando la figura paterna, mmm...?
El caso es que Shauna tuvo un trauma de adolescente. Su primer novio fue asesinado delante de ella en la Universidad de Boulder, en Colorado. Le mató su mejor amigo. De la depresión, Shauma tuvo un accidente con su coche. Se cayó a un lago. Estuvo a punto de morir, se temió que nunca volvería a caminar, pero salió adelante. Demasiado castigo vital para Robert perder dos hijos seguidos.
Ahora Shauna es pintora. Y está casada con Eric Schlosser. Es el autor de Fast Food Nation, pero también ha sido productor ejecutivo de una obra maestra como fue Pozos de Ambición, de Paul Thomas Anderson, uno de los directores más prestigiosos de Estados Unidos actualmente. Tienen dos hijos.
El siguiente en llegar, decíamos, fue James. ¿Fue fácil? Tampoco. A los 15 años James contrajo colitis ulcerosa, una inflamación en el colon. La cosa se complicó y le afectó al hígado. Le dijeron que su órgano no iba a durar más de cinco años. Sufría, además, terribles dolores. Necesitaba un trasplante de hígado para sobrevivir. Lo tuvo, pero falló a la semana. Volvió a esperar una donación, según dijo, "sintiendo el tic-tac del reloj", pero esta vez fue un éxito y sobrevivió.
Por este motivo fundó una institución para informar a la población sobre la importancia de los trasplantes y la donación de órganos. Sus primeros trabajos como documentalista versaron sobre temas relacionados con la enfermedad y lo que él hizo, salir adelante. También ha tocado los asuntos ecologistas, como en un reportaje que acaba de grabar con su padre sobre el río Colorado, mientras la administración estadounidense se lava las manos. En el terreno de la ficción rodó cositas como guionista como Spin, una cinta sobre un huérfano que es criado por una familia latina de los años cincuenta.
James está casado con Kyle, su novia del instituto. Una profesora de primaria con quien tiene dos hijos, Dylan y Lena. Viven en Marin County, California. Siempre fue un aficionado del ski y la guitarra. La enfermedad le hizo olvidarse del primero, pero actualmente es el guitarrista de Olive and the Dirty Martinis.
Y luego está Amy. Nació un mes antes de que su padre estrenara 'Butch Cassidy and the Sundance Kid', la película que le convirtió en una súper estrella. Estudió en un colegio privado exclusivo en Nueva York y el peor trago que recuerda de aquellos años fue el divorcio de su padre de Lola. Ella tenía 15 y odiaba estar perseguida por los paparazzi.
Ahora es actriz y directora a partes iguales. A sus 42 años ya tiene un CV digno de verse. En España, su primer trabajo se vio en el Festival de Valladolid, pero no se llevó la Espiga. Aunque la historia que rodó tenía miga, era sobre una mujer a la que le diagnostican un tumor en la garganta y le dan sólo dos meses de vida, en los que decide, cómo no, quemar la tarjeta de crédito en compras. Curiosamente, Amy no pudo acudir a la capital castellana a presentar la película porque acababa de dar a luz a una niña, pero dedicó el film a su hermano James. No por los transplantes, no, sólo por enseñarle el "poder de la música".
Amy dice que no tiene miedo a que la comparen con su padre, pero ya ha dejado de lado la actuación porque prefiere dirigir. Cree que actuar es divertido, pero la evolución natural la empuja a sentarse en la silla y coger el altavoz. Vive en Greenwich Village, Nueva York. En un séptimo piso de una habitación con su novio Matt August, director de musicales. Tienen una hija, la citada Eden. Este apartamento, que cuesta 280.000 dólares, también forma parte de su padre. Lo compró con un dinero que les daba a sus hijos según cumplían 21 años.
Shauna y Amy explicaron al New York Times hace unos años que no tenían quejas sobre su padre. Les escuchaba cuando eran niños, siempre pudieron hablar con él de cualquier cosa. Parece que estaba abierto a cualquier cosa, pero sus tres hijos sólo tenían una en mente: el cine.