Tabaquismo pasivo: de sus efectos perjudiciales desde el embarazo a los peligros de fumar al lado de tu bebé
Aunque no seamos del todo conscientes, el tabaquismo pasivo también podrá provocar graves consecuencias en las personas que nos rodean.
Y más, especialmente, si son niños, ya que podrán sufrir de problemas respiratorios, asma y, también, cefaleas y otros síntomas preocupantes.
Cuando estamos al lado de una persona de riesgo intentamos poner todo de nuestra parte para hacer que su salud no empeore. Un ejemplo claro será evitar fumar -tú o cualquier otra persona- cerca de ellos. Porque, aunque tú no fumes, respirar el humo de otra persona también podrá ser mortal.
Ser un fumador pasivo es una de las causas, aunque no la más común, del cáncer de pulmón y de otras enfermedades cardiovasculares. Es por eso que habrá que tener especial cuidado, sobre todo con los niños, que llegan a ser los más afectados por el humo pasivo, que puede ser particularmente grave para su salud, ya que sus pulmones aún se están desarrollando.
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Por eso, lo ideal será no fumar cerca de colectivos que puedan tener una salud frágil. Además, los niños, cuyos padres también fuman en espacios abiertos, podrán estar corriendo más riesgo del que te imaginas. Así, la mejor manera de que esta situación no pueda darse es no provocarla y, por tanto, dejar de fumar cuando los menores están presentes.
Qué es el tabaquismo pasivo
Pero, ¿qué es realmente el tabaquismo pasivo? Se trata del humo exhalado por el fumador y que proviene del cigarrillo que está encendido. Contiene, aproximadamente, unas cuatro mil sustancias químicas y la mayoría de ellas serán perjudiciales para la salud. Además, se sabe que casi un veinte por ciento de ellas puede llegar a causar alguna enfermedad grave como puede ser un cáncer. Por tanto, cada vez que los más pequeños inhalan este humo se verán expuestos a estas sustancias químicas y peligrosas.
Sus graves consecuencias
Es por eso que, debido a distintas investigaciones, los estudios han reflejado que este tipo de humo, que no será tan directo, puede llegar a ser dañino para la salud. Además, podrá quedarse en las paredes de un bar, una casa, en los asientos de un coche y hasta en el cabello de un niño después de que alguien haya fumado a su lado. Si fumas o estás expuesto a un tabaquismo pasivo. Además, estás embarazada, también tu bebé podrá sufrir esas graves consecuencias y no será nada recomendable para su salud: la madre podrá sufrir diferentes problemas de salud como un parto prematuro, que el pequeño tenga menos peso al nacer del esperado o que surjan problemas de aprendizaje y trastorno por déficit de atención.
Los riesgos para la salud aumentarán cuanto más tiempo se fume o se esté expuesto al humo. Por eso, todas las mujeres que estén en periodo de gestación deberán evitar el tabaquismo pasivo y pedirle a todo aquel que fume a su lado que no lo haga más, por el bien de su salud y la de su pequeño. Sí que es cierto que, si esto no sucede, el bebé tendrá más riesgo de padecer el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) y, también, podrán sufrir infecciones de oído, tos y resfriados, problemas respiratorios y caries dental. Si tú eres fumador, tu hijo puede tener sibilancias y llegar a respirar con una mayor dificultad, así como dolor de cabeza, irritación de ojos y ronquera.
Además, cabe destacar que los niños con asma serán especialmente sensibles a este tipo de humo y esto podrá causar más ataques que podrán ser más graves. También, los pequeños podrán sufrir desarrollo deficiente del pulmón, cáncer de pulmón, enfermedades cardiacas y cataratas.
Cabe destacar que los niños se podrán ver expuestos a este tipo de humo en cualquier parte y no solamente podrá ser en casa. Algunos de esos lugares podrán ser en los parques, eventos deportivos, conciertos, a la salida de la guardería, del colegio… Obviamente si se exponen de una forma muy puntual, el riesgo será mínimo, pero si es algo constante, sí que podrá producir algún que otro problema.
El tabaquismo pasivo podrá afectar gravemente a la lactancia y se producirá, con una mayor frecuencia, la interrupción de la misma, sobre todo antes de que el bebé cumpla los seis meses.
Lo ideal será crear un espacio sin humo
Por tanto, lo ideal será crear un entorno sin humo. Para ello, lo mejor será que tú seas un buen ejemplo para tu hijo. También, que no lleves a tus pequeños a un lugar donde se pueda fumar o donde creas que vaya a haber mucha gente haciéndolo. Además, habrá que hacer de tu hogar, un espacio libre de humo, así como otros entornos donde el niño esté con más frecuencia.