Rihanna y Paris viven en un verano eterno
Según el '¿Qué me dices?' ya es verano. Ustedes no se han dado cuenta porque la sensación térmica es extraña, dan ganas de ponerse abrigos e incluso termolactiles pero no, ese es su problema porque las estrellas de cine, del pop y los aristócratas van en bikini y se bañan en la playa. Los ricos ya se sabe que sólo pasan algo parecido al frío para poder hacer como que esquían en los sitios de moda. Por lo demás, son como las aves, se pasan la vida emigrando a climas cálidos.
La revista nos intenta mostrar la cara menos agradable de cada visita de los famosos a darse un chapuzón, pero no siempre lo consiguen. Por ejemplo a la novia de George Clooney, Elisabetta, no pueden ponerle ninguna pega porque la muchacha no puede ser más ideal. Menos mal que existen otros personajes como Rihanna o Paris Hilton. La primera, ya por sí misma, daría para hacer un libro sobre estilismos playeros poco adecuados.
Desde ese bañador tan fino, con la cara de un felino cuyos ojos coinciden con los pezones de la cantante hasta esa especie de chaquetilla sin sentido, que ni cubre nada ni quita el frío. Pero la foto que publica QMD va más allá. En ella aparece una chica con aspecto bastante viril que ha decidido mostrar sus pechos a la autora de Loud. Ellos se inventan la historia de que es una amiga y juegan con la posibilidad de que haya cambiado de acera sexual pero no, está claro que la escena reproduce el encuentro de Rihanna con una fan loca que se la ha encontrado en la playa y ha ido a llamar su atención y pedirle un autógrafo. De hecho, lleva en la mano el papelito para que ella estampe su firma.
Pero aunque esa imagen es chocante y ya hay que tener mala suerte para haberse ido hasta Barbados y que te asalte un ser como ese, mi favorita es la de Paris Hilton con su novio Cy Watts en Hawai (una ordinariez de destino, por cierto). Él la agarra como si fuera o bien invidente (efecto acentuado por esas gafas de sol que no se quita ni para bañarse) o un maniquí articulado al que hay que ayudar a andar. Ese chico será muy musculoso y muy rico, pero de agarrar a una mujer como dios manda no tiene ni la más mínima idea.