Brad Pitt y Jennifer Aniston: su posible reconciliación emocionaría al mundo
Brad Pitt y Jennifer Aniston se convirtieron en una de las parejas más envidiadas y codiciadas de Hollywood a principio de los 2000.
Aunque su relación no acabó del todo mal, no se les había visto tan cómplices hasta hace unos meses. ¿Se darán una nueva oportunidad?
Brad Pitt y Jennifer Aniston se convirtieron en la pareja de moda a principios de los 2000. El chico guapo de Hollywood se había casado con la joven más atractiva del panorama internacional. Lo tenían todo: parecían felices, tenían una vida perfecta y mucho éxito en el trabajo. Además, ambos se mostraban contentos y comprometidos con su relación de pareja. Sus sonrisas cómplices en los photocalls o sus paseos por su barrio de Los Ángeles hacían creer a todos sus fans que la relación iba viento en popa, luchando contracorriente, y duraría para siempre. Pero en 2004 todo se desvaneció. Llegó el rodaje de Sr. y Sra. Smith, donde Brad coincidió con Angelina Jolie, y su matrimonio con Aniston finalizó de una manera muy apresurada.
Desde ese momento, ambos mantuvieron una relación tensa y casi inexistente. Hasta hace unos meses. Con sus respectivos matrimonios ya acabados, parece que ha habido un acercamiento entre los que fueran unas de las parejas más famosas y queridas de Hollywood. Parece ser que Aniston ya ha perdonado todos los errores que cometió Pitt en su relación y ha decidido darle una oportunidad, al menos como amigos. Pero, ¿por qué su posible vuelta ha emocionado tanto a todos los fans que ya seguían a la pareja en el 2000?
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Es inevitable, la vuelta de Pitt y Aniston emociona
Son varios los motivos por los que la posible reconciliación de Jennifer y Brad nos tienen totalmente emocinados. El primero es que la compenetración que mostraban en cada una de sus apariciones era digna de envidiar. Como se miraban y se admiraban era algo que se notaba con solo verlos de la mano por cualquier photocall. Él se derretía al hablar de ella y a ella le pasaba más de lo mismo. Además, juntos protagonizaron una de las bodas más sonadas y bonitas de Hollywood. Y, también, todo hay que decirlo, uno de los momentos más esperados en televisión: la aparición de Brad en Friends, donde fue palpable la conexión que existía entre la pareja de enamorados.
Otra de las razones es que parece ser que ambos han madurado y han dejado de lado los posibles reproches que hicieron que su matrimonio se acabara. Ya han llegado al punto de tener una amistad, por lo que el camino hacia una posible reconciliación es más corto. Además, hemos podido ver como se alegran por sus respectivos éxitos, un hecho que nos hace pensar que todavía queda mucho de esa admiración que se mostraban públicamente en el pasado. Y tampoco podemos pasar por alto que hace unos meses, cuando Jennifer recibió el premio a Mejor Actriz, allí estaba Brad para celebrarlo, aunque fuera a través de un plasma.
Más motivos: se trata de una de las parejas más icónicas de Hollywood, la más envidiada y con la que todos soñábamos a principios de los 2000. Toda una generación ha crecido creyendo en la pareja, viendo sus fotografías y, en definitiva, viviendo su amor. Además, la mayoría de sus encuentros -tanto en los phtocalls como cuando eran pillados por los paparazzi- eran tremendamente románticos y cómplices. Ahora, es inevitable desear que esa complicidad se vuelva a hacer realidad y podamos verlos en alguna producción, ya sea en la pequeña o en la gran pantalla, pero actuando juntos.
Su romántica historia de amor
Corría el año 1994. Brad Pitt ya se había convertido en toda una estrella gracias a la película Thelma y Louise, y además era uno de los hombres más deseados del planeta. Por aquella época lucía en todas las alfombras rojas una melenita que cautivaba a todos los presentes. Por su parte, Jennifer Aniston había comenzado a grabar Friends, una serie que pasaría a la historia y que volverá a nuestras pantallas dentro de poco tiempo, a petición de sus fans. Ella, una rubia despampanante, estaba saliendo con Tate Donovan y él, con Gwyneth Paltrow. No se volvieron a reencontrar hasta cuatro años más tarde, en 1998, cuando sus representantes les prepararon una espectacular cita en la que surgió la chispa y el amor.
Jennifer, enamoradísima, ha contado que comentó a su círculo más íntimo que había encontrado al hombre de su vida. Cinco meses más tarde estaban prometidos y decididos a pasar por el altar. La alarma saltó cuando ambos fueron juntos a un concierto de Sting en Nueva York; Jennifer lucía un anillo impresionante en su dedo anular.
En el 2000, la pareja, que se había convertido en una de las más envidiadas y codiciadas de Hollywood, pasó por el altar en Malibú, California. Cuidaron mucho cada aspecto de la ceremonia, sobre todo para los ojos indiscretos que querían captar la imagen del ‘Sí, quiero’, aunque se lo pusieron complicado a la prensa colocando una gran carpa. Además, los invitados y el personal contratado para el evento tuvieron que firmar un acuerdo de confidencialidad.
Poco se sabe del look que eligió Aniston para su boda con Brad, ya que nunca se consiguió una foto del vestido completo. Sí se sabe que fue diseñado por Lawrence Steele, que llevó unos zapatos color marfil de Manolo Blahnik y un velo coronado por perlas y cristal de Swarovski. Brad optó por un esmoquin negro. Entre los invitados se encontraban celebridades como Courteney Cox y su esposo David Arquette, Edward Norton, Salma Hayek y Cameron Díaz.
En una entrevista para la revista Rolling Stone la actriz comentó la preocupación de sus amigos al comienzo de su relación con Brad, ya que pensaban que era un creído, pero aclaró que al conocerlo todos se dieron cuenta que era una gran persona. Ya como marido y mujer siguieron apareciendo juntos en numerosos eventos. Siempre luciendo un amor y una felicidad envidiada -de forma sana por unos y menos sana por otros-.
En 2001, Brad hizo una de sus apariciones más espectaculares y deseadas: participó en un capítulo de Friends. El episodio se llamó “The one with the rumor”. El actor interpretó a Will Colbert, un viejo amigo de la escuela secundaria de Ross (David Schwimmer) con quien habían formado el club Odio a Rachel. Por aquella época, la pareja tenía ganas de agrandar la familia y estaban ansiosos por dar la bienvenida a un bebé. Pero a finales del 2004 todo se desvaneció. Brad comenzó a grabar Sr. y Sra. Smith, junto a Angelina Jolie, y en 2005 Brad y Jennifer anunciaron su separación.
“Queremos anunciar que, tras siete años juntos, hemos decidido separarnos de manera formal. Para quienes siguen este tipo de noticias, nos gustaría explicar que este quiebre no es el resultado de ninguna de las especulaciones que han aparecido en los medios. Esta decisión es el resultado de una gran meditación. Vamos a mantenernos como cariñosos amigos, con gran amor y admiración el uno por el otro. Pedimos su amabilidad y sensibilidad”. Esta fue la nota que hicieron llegar a la prensa. Y lo cierto es que Brad y Jennifer mantuvieron una relación cordial durante los primeros años, algo que se fue enfriando con el tiempo, y más cuando el actor se casó con Angelina y formó una familia.
Ahora todo ha vuelto a cambiar. O, al menos, eso parece. Hace unos meses se ha producido un acercamiento entre la feliz expareja. Con ambos separados: Brangelina se rompió hace cuatro años y Jennifer se separó de Justin Theroux en 2018, son muchas las voces que ansían una reconciliación.
Fue el pasado mes de enero cuando Brad y Jennifer se mostraron muy cómplices en la ceremonia de los SAG Awards, donde ambos estaban nominados, cuando saltaron todas las alarmas del acercamiento. Como reveló una fuente a ‘Entertainment Tonight’, el actor habría pedido perdón a Aniston por los errores que cometió y, desde ese momento, su relación habría comenzado a mejorar. Incluso celebraron sus respectivos cumpleaños juntos. Pero, ¿volveremos a verlos paseando de la mano por alguna alfombra roja? o ¿dándose un beso por las calles de Los Ángeles? Solo el tiempo nos dará la respuesta.