Dani Rovira recurrió al aceite de marihuana durante la quimioterapia: "Era o estar echo un trapo o ir pedete"
Dani Rovira ha contado cómo alivió los vómitos, los dolores y la falta de apetito durante los duros meses de quimioterapia
Medio año ha durado el tratamiento al que se ha sometido el actor para acabar con el linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que le diagnosticaron en marzo
Fue en marzo, dos días después de que el gobierno decretase el estado de alarma, cuando Dani Rovira se decidió con miedo a acudir a urgencias. Un sospechoso bulto en la clavícula que cada vez iba a más comenzó a preocuparse. Tras varias pruebas, el equipo médico pronunció la fatídica palabra que nadie quiere escuchar: cáncer. Un linfoma de Hodgkin, con nombre y apellido, del que el actor ya se ha curado. Pero el proceso no fue fácil.
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Los primeros cuatro meses tuvo que someterse a ocho sesiones de quimioterapia “entre pecho y espalda” repartidas en cuatro meses. Ya había superado el Ecuador del tratamiento, la pérdida de pelo y las venas “duras como bridas” eran las secuelas más visibles. Y en julio inició la radioterapia. 18 sesiones, una cada día, que servirían para “cauterizar” un linfoma que parecía haber desaparecido. Tras estos días intensos meses, el humorista por fin podría tocar la cima y disfrutar de esa ansiada “nueva normalidad” que nada tenía que ver con la pandemia. Y lo logró.
Ahora está disfrutando de las vistas. Ya ha grabado su primera película tras el cáncer. Tiene pendiente el estreno de un espectáculo en el que convertirá todas estas lecciones de vida en un monólogo. Y la distancia le está permitiendo hablar largo y tendido de esta experiencia que ha sacado a un Dani con una mochila llena de aprendizajes.
Así gestionó Dani Rovira los cuatro meses de quimioterapia
Su última entrevista la ha concedido a Hoy por hoy, el matinal de la Cadena SER que conduce a diario Àngels Barceló. En ella, el protagonista de ‘Ocho apellidos vascos’ habló del concepto de éxito, de cómo se gestiona que te sienten en una sala para decirte que tienes cáncer y de cómo consiguió sobrellevar los muchos estragos del linfoma en su cuerpo.
Durante parte del tratamiento, concretamente en la primera mitad, Dani Rovira recurrió al THC, también conocido como "aceite de marihuana", el principal constituyente psicoactivo del cannabis. Fue su salvavidas para "aliviar las nauseas, los vómitos y los dolores". También le sirvió para incentivar las ganas de comer. Porque visto el impacto que tenía en él algo tan fuerte como la quimio, el cómico solo tenía dos opciones: estar "echo un trapo o ir pedete".