El legado de Roberta Marrero, la artista y activista LGTBIQ+ que ha muerto a los 52 años

  • El viernes, Roberta Marrero puso fin a su vida de forma voluntaria. Tras su muerte, personalidades como Carla Antonelli y la escritora Alana S. Portero han lanzado mensajes en su recuerdo

  • Roberta fue una escritora, ilustradora, actriz y 'dj' con una prolífica obra que dedicó a la defensa de los derechos del colectivo LGTBIQ+

  • Roberta Marrero, sobre la transexualidad: "Puedes joderle la vida a tu hijo, pero no vas a hacer que cambie"

Roberta Marrero se despidió el viernes 17 de mayo con un mensaje claro: "Os quiero a todos". Con esta expresión de amor, la artista decidía poner fin a su vida a los 52 años en Madrid. Era su amiga, profesora y gestora cultural Inés Plasencia quien daba la noticia: "Sin palabras pero con la necesidad de contaros, desde nuestro máximo respeto y amor, y sobre todo, desde nuestro dolor, que Roberta Marrero ha decidido marcharse”.

Marrero nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1972 y fue la encarnación de lo que se entiende hoy en día como "artista multidisciplinar". Comenzó a ser conocida como 'dj', pero más adelante desplegó otras facetas de su talento: se convirtió en escritora, ilustradora y actriz y dejó para siempre un gran legado en forma de obra que luchó por los derechos del colectivo LGTBIQ+.

Entre sus creaciones destaca su literatura, donde combinó su buena pluma con características ilustraciones en 'Dictadores', en 2015. Al año siguiente publicó 'El bebé verde' una obra muy personal en la que cuenta sus vivencias durante su niñez y su juventud trans. "Sufrir bullying en el colegio es una mierda. Si no mueres a causa de una paliza, creces odiando. Tu autoestima acaba hecha pedazos y es necesario mucho trabajo para reconstruirla”, explicaba en el libro. En 2018, publicó 'We can be heroes'. Una celebración de la cultura LGTBQ+' y con toda esta bibliografía -y la que vino después- se convirtió en un referente para el colectivo LGTBQ+. "Se nos pone en tela de juicio cuando nos soltamos la melena y eso es LGTBifobia. Cuanto más visibles somos, más violencia generamos", confesó.

Toda su producción literaria dio lugar a que en 2022 el Gobierno de Canarias le dedicara el Día de la Escritora, por su talento y su labor en pro de la libertad y solidaridad dentro de la comunidad LGTBIQ+. Cuando recogió el diploma por este reconocimiento dijo lo siguiente, en referencia al colectivo trans: “siempre hemos tenido voz entre nosotras, lo nuevo es que ahora tenemos el altavoz”.

A pesar de su prolífica producción literaria, Marrero también destacó en otros campos como con sus obras plásticas que expuso en importantes pinacotecas. Formó parte de exposiciones como 'David Bowie Is' en el museo Victoria&Albert de Londres y 'Piaf', en la Biblioteca Nacional de París. En estos momentos la artista llegó a asegurar que no le gustaba demasiado la palabra 'visibilidad' y que se trataba más de 'abrir cajas', algo por lo que ella ha hecho mucho en lo que al colectivo trans se refiere. Sin embargo, también apuntó, con un enfoque optimista, que queda mucho por hacer. Según subrayó la activista, lo bueno del actual momento histórico es que "se están abriendo más cajas" porque aún quedan muchas por abrir, como las de la discapacidad o los gitanos, es decir, las de "todos los que no éramos hombres blancos heterosexuales y sin discapacidad".

Mensajes en su recuerdo

Han sido muchos los rostros del colectivo y del mundo de la cultura que han querido lanzar un mensaje en recuerdo de Marrero. Los primeros sus editores, Inés Plasencia y Víctor Mora: “En el limbo de las poetas ya brilla una nueva súper estrella”, han publicado. La política Carla Antonelli también se ha querido unir al ensalzamiento de su figura: “Hoy nuestra amiga, icono, artista, escritora, diva, todo eso y un increíble ser humano nos ha dejado. Se ha ido, ha querido irse porque ha decidido que ya no quería vivirla más. Porque tal vez no se lo pudieron fácil a pesar de ser una mujer de fuego, a pesar todo eso se ha ido, porque quiso o la obligaron”. La también escritora Alana S. Portero se despedía así de su colega: "Adiós, amiga. Toda la luz. Te vamos a querer siempre, Roberta. Siempre”.