Un recuerdo del pasado reúne de nuevo a Nihan y Kemal. La melodía con la que se juraron amor eterno en el pasado ha vuelto a sus vidas en el momento preciso. Ninguno puede resistirse a revivir aquel momento. Un concierto vuelve a reunirles justo cuando la barrera que les separaba parece haberse derrumbado. Nihan ya no tiene motivos para seguir odiando a Kemal. Los dos lo saben y las fuerzas para mantenerse separados flaquean. Es ahí cuando se produce el momento más deseado pero más difícil para los dos: reconocer que lo suyo es para siempre. “Por siempre jamás”.
Descubrir la verdad sobre lo ocurrido a su hermano le ha abierto los ojos a Nihan y se ha dado cuenta de que no tiene derecho a separar a Deniz de su padre, al menos durante toda su vida. Por precaución deberá mantener oculta la verdadera identidad de la pequeña pero en algún momento, Kemal tendrá que saber la verdad. Mientras llega ese momento, Nihan guardará cada recuerdo de su hija en un diario que compartirá con Kemal llegado el momento.
Ha llegado el momento de jugar su cartas. Preocupado por la posibilidad de perder a manos de Nihan la empresa que con tanto esfuerzo a levantado, Galip acude a Asu, que no imaginaba que su padre hacía tiempo que había descubierto su secreto. Superado el shock inicial, Asu decide escuchar la propuesta de Galip, que está dispuesto a destruir a su hijo y desvelar al mundo que ella también es un miembro de la familia Kozcuoglu.
Después de descubrir que su hermano sigue investigando la muerte de Ozan y que tiene nuevos datos, Zeynep se pone nerviosa y decide llamar de nuevo a Emir. Él acude a la cita en un hotel y tras descubrir qué esconde la joven sobre lo ocurrido ese día, vuelve a producirse un peligroso acercamiento. Pese a su rechazo, Emir no puede controlar sus instintos y hay algo en Zeynep que le vuelve loco y a lo que no puede resistirse.