Cuando allá por 2018 le pusimos cara a Nacho Palau, el hombre con el que Miguel Bosé había compartido 26 años de su vida, un comunicado nos advirtió de que desde entonces se dedicaría a "la defensa y protección de sus intereses y, fundamentalmente, los de sus hijos menores". La guerra que se abrió entre ambos tras su separación le forzó a romper con su anonimato y hacer pública su lucha por la filiación de los cuatro niños que nacieron durante su relación. Tras meses de juicios, Diego y Tadeo, los hijos biológicos del artista, no fueron considerados "hermanos de derecho" (aunque sí "de hecho") de Ivo y Telmo, que están a cargo del ahora 'superviviente'. Una sentencia que ha provocado que la realidad de los segundos sea muy diferente a la de los primeros, algo que su padre ha tratado de subsanar con su paso por Honduras.
Aunque siguen manteniendo relación, son miles de kilómetros los que separan a ambas mitades. Mientras Tadeo y Diego residen en Panamá junto a Miguel Bosé (con todas las comodidades que suponen ser 'hijos de'), Ivo y Telmo se trasladaron tras la ruptura de la pareja a Chelva, Valencia, donde han pasado estos últimos años. Viven junto a su abuela materna, que en estos momentos atraviesa por un cáncer. Y los ingresos que llegan a esa casa nada tienen que ver con los de antes.
Cuando el juez aún no había tomado ninguna decisión, Nacho Palau siempre dejó claro que su intención no era reclamarle ninguna pensión a su expareja. "Yo no le pido, él sabe lo que hay... Si no sale de él, yo no le pido nada, mantendré a los niños y haré por ellos todo lo que pueda", reivindicó. Y lo demostró trabajando, primero en una residencia de ancianos (una experiencia "muy complicada", tal y como calificó), y después en una fábrica de embutidos, otro oficio "durísimo" que le pasó un peaje físico por sus problemas de espalda.
En ambos trabajos, el ahora concursante de 'Supervivientes' recibía un sueldo de mileurista que, junto a la pensión de su madre, les servía para mantener a esa familia que veía desde la distancia los lujos de los que gozaban sus hermanos en Panamá. Unas "diferencias" de las que su padre ha hablado entre lágrimas en la isla, asegurando que ahora, con lo que está ganando por su participación en el reality, ya no tendrá que decirles "eso no os lo puedo pagar" cuando le pidan un capricho.
"Tengo 50 años y veo que estoy más pelado que el cuco. No he sido nunca muy ambicioso, no he tenido nunca ninguna necesidad, y cuando la tienes dices: qué hago yo", ha contado esta misma semana en los Cayos Cochinos, donde ha desvelado que lleva tres años (con una pandemia de por medio) viviendo "con el dinero justo" y diciendo 'no' a todas las ofertas que le han hecho por contar su historia con Miguel Bosé en televisión.