Violeta Mangriñán está disfrutando de unas merecidas vacaciones en Marbella junto a su novio, Fabio Colloricchio; Gala, la hija que tienen en común; y su suegra, que ha viajado desde Italia para pasar unos días en familia. No obstante, la extronista de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ ha sacado un rato de su descanso para mostrar públicamente su indignación tras enterarse de que la Iglesia no permite que su hermana sea la madrina de su bebé.
La influencer explicaba a su comunidad que su madre y su hermana Lila habían visitado la iglesia donde desean bautizar a Gala, ya que le habían informado que antes de reservar la fecha para este rito debían rellenar la conocida como ‘hoja bautismal’. Una vez allí, el párroco les hizo saber, tras enterarse de las intenciones de familia de que la madrina de la recién nacida sea la tía de la pequeña, que esto no es posible ya que no está bautizada.
“El cura nos ha dicho que si Lila no está bautizada, no puede ser la madrina”, comentaba Violeta, que admitía estar “bastante indignada” con esta situación. “Las normas eclesiásticas son así y tendré que respetarlas, pero me pone bastante triste. Yo por mí, no la bautizaría, pero la familia de Fabio quiere y no seré yo quien se oponga”, asumía que debía acatar estas reglas para que su hija pudiera recibir este sacramento.
Pese a que en un principio Lila no estaba dispuesta a bautizarse para poder ejercer este cargo, finalmente cambiaba de opinión y se lo hacía saber al cura, que no veía viable esta opción: “Les ha dicho que no. Dice que no da tiempo y que debe ser antes. Mi hermana y mi madre han flipado bastante, le han dicho que quedan dos meses e igualmente les ha dicho que no da tiempo a bautizar a Lila antes”, no daba crédito Violeta, que aún se encuentra “procesando la información” y pensando qué hacer: “Me parece una soberana chorrada, pero cómo las normas son las normas, pues veré qué hago”.
La exconcursante de ‘Supervivientes’ ha confesado que ella tiene “cero interés” en bautizar a su hija, pero que el entorno de Fabio insiste y ella está dispuesta a ceder. “No tengo nada en contra de la Iglesia, solo faltaría, solo que a mí me gustaría que Gala, con 18 años, hiciese lo que hiciese, que fuese ella, en su mayoría de edad, la que decidiese si bautizarse o no, elegir de qué religión hacerse adepta, o ser atea si lo prefiere, no sé si me explico. Creo que a buen entendedor, pocas palabras bastan”, exponía su punto de vista Mangriñán, que en las próximas horas comunicará que decisión ha tomado ante esta negativa.