Elena Furiase ha bautizado a su hija en común con Gonzalo Sierra, a punto de cumplirse cinco meses de su nacimiento. Nala, la segunda hija del matrimonio, ha recibido el Sagrado Sacramento del Bautismo este sábado en Madrid, en La Moraleja, justo en la misma iglesia en la que bautizó a su primogénito.

A pesar de que Cádiz y, en concreto, Vejer, tienen un significado muy especial para Elena y Gonzalo - por un lado, porque aquí fue donde ambos se dieron el 'sí, quiero' y, por otro, porque esta fue la tierra que vio nacer a Lola Flores - Madrid ha sido, de nuevo, la ciudad elegida para este tierno evento.

La mamá de la criatura estaba radiante en el gran día de Nala. Para la ocasión, se ha decantado por un elegante conjunto de falda lápiz y chaqueta de tweed con efecto pluma en color blanco. Un look muy invernal que ha completado con unas medias de color oscuro, para dar un poco de contraste a su níveo outfit.

Muy en su línea, Furiase ha utilizado un maquillaje sutil y ha prescindido de joyas llamativas y demasiado ostentosas.

Nada que ver con el look rosa empolvado de pantalón, blusa y zapatos a juego que lució en 2019, durante el bautizo de su hijo Noah.

La ceremonia ha transcurrido con total normalidad. Elena ha entrado a la capilla empujando el carro de su bebé, mientras que su primogénito, que ya tiene cuatro años, lo ha hecho cogido de la mano de su padre.

Ningún miembro de la familia Flores ha querido perderse el bautizo. Lolita, abuela de la niña; Guillermo Furiase, padrino y tío de la pequeña… Rosario Flores, que ha acudido junto a su hija, Lola Orellana. La actriz Alba Flores, prima de Elena e hija del difunto Antonio Flores… Ni siquiera Carmen, la hermana de Lola Flores, de 86 años, se lo ha perdido.

Otros rostros conocidos que han podido verse entre los invitados han sido los de la actriz Esmeralda Moya, el del presentador Juan y Medio, o los de las actrices Charo Reina y Yolanda Ramos, entre otros.

"Ayer bautizamos a nuestro pequeño por muchos motivos, sobre todo por acercarle más a mi Dios, que no es el de todos seguramente, pero sí el de algunos; por celebrar su llegada, por darle una bienvenida como se merece, por su luz.. Y lo celebramos con nuestras familias, con nuestra gente, que aunque éramos muchos, eran nuestra gente, porque somos unos privilegiados, y también agradecidos, por tener tanto AMOR cerca... lo más importante para nosotros".

Estas palabras eran las que utilizaba para anunciar el bautizo de Noah. Palabras que hoy, cuatro años más tarde, podría perfectamente repetir tras haber celebrado con todos los suyos el bautismo de su segunda hija.