Fue una de los concursantes revelación de la última edición de ‘Supervivientes’. Un desconocido Ignacio de Borbón, primo lejano de Felipe VI y descendiente directo de catorce monarcas, se fue metiendo en el bolsillo a la audiencia semana tras semana. Su llegada al plató fue la soñada por cualquier participante de este reality, en helicóptero, aunque nada más poner el pie en las instalaciones de Mediaset se quedó fuera de la carrera por los 200.000 euros del premio.
El público se decantó por su tocayo, Nacho Palau, con quien mantuvo una relación de altibajos en Honduras. Los desencuentros y las discusiones que protagonizaron en la isla, fruto de las penurias y el hambre, quedaron en el olvido cuando el ex de Bosé recibió un duro diagnóstico días después de aterrizar en España. El joven de 21 años hacía saber a su compañero que estaría para lo que necesitara.
“Sé que es fuerte y que va a poder con esto, y le mando toda la fuerza y el ánimo que necesite en estos momentos”. Una muestra de que el fuerte vínculo que se forja en el reality prevalece por encima de cualquier enfrentamiento. “Pasamos mucho tiempo juntos y coges mucho cariño. Al final, aunque tuvimos nuestros más y nuestros menos, todo eso se queda fuera, sobre todo con una noticia como esta”, comentaba afectado Ignacio, que se puso en contacto con el escultor nada más conocer su estado. “Pronto va a estar a tope”, confía el ‘royal’ en su pronta recuperación.
La realidad es que durante estos cinco meses, Ignacio ha mantenido un perfil bastante bajo, aunque su nombre ha reaparecido recientemente en los titulares de la crónica social tras su inesperada presencia en ‘el Baile de los Debutantes’. Un evento benéfico llevado a cabo en la capital francesa en el que se reúne un selecto club de veinte jóvenes bien posicionados al que se accede por sangre azul, patrimonio o apellido.
Celebrado en el hotel Shagri-La, ubicado frente a la torre Eiffel, jóvenes de entre 18 y 21 años, la mayoría perteneciente a la aristocracia europea, eran seleccionados para participar en esta fiesta organizada por la joyería Muse en pos de recaudar fondos para la Association pour la Recherche en Cardiologie du Fœtus à l'Adulte del hospital Necker-Enfants y a la World Central Kitchen, la ONG del chef José Andrés que proporciona comida a las víctimas de desastres naturales.
Lo curioso de este glamouroso acontecimiento es que las parejas de baile a priori no se conocen previamente y es la organización quien las elige al considerarles afines por uno u otro motivo. ¿Y con quién unió a Ignacio de Borbón? Ni más ni menos que con la joven y prometedora modelo Annabel Zimmer, hija de Hans Zimmer, reputado compositor que ha realizado algunas de las bandas sonoras más conocidas del cine, como la de ‘El Rey León’ o ‘Gladiator’.