Desde que Aitana y Miguel Bernardeau pusieron punto final a su historia de amor, las especulaciones sobre una posible relación entre la exconcursante de ‘Operación Triunfo 2017’ y Sebastián Yatra han ido cogiendo cada vez más fuerza. Varios medios, de hecho, ya dan por hecho su romance con el artista internacional, pese a que el colombiano reivindicó que lo suyo era una simple amistad. Un ‘shippeo’ con el que se continúa fantaseando después de que se hayan vuelto inseparables y que promete dar aún más que hablar, sobre todo porque ya estarían haciendo vida bajo el mismo techo.
Según ha podido saber en exclusiva la revista ¡Hola!, los dos artistas fueron a cenar a un conocido restaurante de la capital el pasado sábado. Disfrutaron de esta velada junto a la madre de él y la prima de ella, la persona que se encarga de echar una mano a la catalana en su día a día. Finalizada la reunión, Ocaña y Yatra se habrían despedido de sus familiares y se habrían dirigido al nuevo chalet de más de 674 metros cuadrados que la actriz protagonista de ‘La Última’ acaba de adquirir a las afueras de Madrid.
Un inmueble que ya había conocido el cantante con anterioridad. A principios de la pasada semana, después de haber visitado un centro de belleza con su madre, el músico acababa el día en la lujosa urbanización donde se ha instalado Aitana y en la que fue de nuevo pillado 48 horas después, cuando volvía a acceder al domicilio de Ocaña con una maleta en la mano tras haberse puesto en forma con su entrenador personal por los alrededores.
Ninguno de las dos partes ha confirmado que entre ellos haya algo más allá de una bonita amistad, pero no hay lugar a duda de que su relación es muy especial. Desde que se hiciera pública la ruptura de Ocaña con Bernardeau tras cuatro años de relación, el compositor y la intérprete de ‘Formentera’ se han vuelto uña y carne.
Dieron la bienvenida al año junto a amigos en Londres, se han dejado ver de lo más cómplices en una conocida fiesta de la capital, han hecho una escapada a la nieve o han practicado escalada en un rocódromo de Getafe. Muestra de que la pareja hace caso omiso a los titulares y está dispuesta a seguir haciéndonos partícipes de su innegable química en sus habituales planes conjuntos.