El pasado mes de agosto, a Nacho Palau le diagnosticaron un cáncer de pulmón tras volver de Supervivientes. A través de un comunicado que hizo público, el ex de Miguel Bosé explicó que se sentía "optimista, con ganas de vivir y superar" la enfermedad, y decidió alejarse del revuelo mediático para centrarse en su salud. Ahora, cinco meses después de recibir la noticia más dura de su vida y tras terminar un primer ciclo de tratamiento (que no sabe aún si será el último), el escultor ha concedido una entrevista a la revista Diez Minutos en la que relata, con todo detalle, cómo se encuentra y cuál es la relación actual con el que considera "padre" de sus hijos.

Nacho Palau se ha sometido durante cinco meses a un tratamiento de quimioterapia y radioterapia "a la vez". Durante el tratamiento, "parecía que todo marchaba bien" y los médicos estaban "bastante contentos" por cómo lo estaba llevando. Pero el pasado mes de noviembre, el escultor sufrió "un bajón tremendo" al terminar el ciclo y está esperando los resultados para saber si tendrá que volver o no a retomar ese tratamiento. "En breves me llamarán para hacerme más pruebas", ha contado en el medio citado anteriormente.

Lo más duro para él ha sido las secuelas físicas que le ha dejado la enfermedad. Tal y como ha contado, Nacho Palau ha estado "sin poder hablar" hasta hace una semana y media. "Un día reventé y dije que ya no podía más, pensé que me daba todo igual, simplemente sentí que no iba a poder. Fue el peor día, estaba con un amigo en casa y me rompí con él", recuerda.

Si algo bueno ha sacado de esta dura experiencia es darse cuenta de las personas que tiene al lado y que le han apoyado en todo momento. Palau tuvo que alejarse de su madre, que también ha sufrido la misma enfermedad, pero ha recibido el apoyo de su novio Cristian, que le ha acompañado "a todos los ciclos" y le ha ayudado con los niños. "Estamos juntos, nos queremos una barbaridad", asegura.

Los menores, hijos de Nacho, veían en casa "cosas raras" y él quiso darles la noticia poco después de conocer su diagnóstico. "Mi madre estaba recién salida de un tratamiento contra el cáncer. Yo no estaba bien, y les expliqué que a papá le habían diagnosticado lo mismo que a la abuela, cáncer, pero que no pasaba nada", cuenta Palau sobre el momento en el que les explicó el bache de salud que estaba atravesando.

La reacción de los menores fue muy natural y, según cuenta el escultor, él le quitó "importancia enseguida" para no asustarles. "Se lo conté de manera light y con confianza. Yo creo que ellos confiaron en mí y no se asustaron porque yo siempre pensé que me iba a curar y no me iba a pasar nada. A día de hoy aún no sé por qué ha ocurrido esto", dice.

A pesar de la guerra mediática y judicial que han tenido durante los últimos años, esta complicada situación para Palau ha conseguido que exista entre ellos un acercamiento. "Miguel ha estado muy pendiente de mí, le adoro", confiesa ahora el escultor. Los que un día fueron pareja han hablado "muchas veces" por teléfono y videollamadas, y Nacho asegura que el artista ha sido "muy cariñoso" y ha estado "muy pendiente" de él en todo momento. "He tenido mis conversaciones con Miguel, y sé que si a mí me pasara algo, él estaría ahí (...) Yo creo que sí se haría cargo de mis hijos", reconoce.

Sin embargo, este acercamiento no cambia la situación judicial que existe entre ellos. Según el escultor, "todo sigue su curso" y "una cosa no tiene nada que ver con la otra". El recurso de casación aceptado por el Tribunal Supremo está "pendiente de resolver". Por el momento no se ha declarado la filiacion aunque, según explica Nacho, "está demostrada". "Los niños eran un proyecto de familia. Lo que dice la sentencia es que somos padres de hecho, pero la ley española aún no permite que se de título a esta situación", explica. Independientemente de eso, su relación con Miguel "es buena" porque llevarse mal con el padre de sus hijos sería "un error".

Por ahora, ambos continúan cumpliendo con las visitas que dictaminó el juez y "va a seguir igual". Los periodos vacaciones los reparten a la mitad, pero al parecer "nunca" se han puesto trabas para que los niños se vean "siempre que puedan".