Dani Alves continúa en el centro penitenciario de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires, tras ser acusado de una supuesta violación a una joven de 23 años, el pasado mes de diciembre, en una discoteca de Barcelona. El deportista está acompañado por un recluso de confianza, Coutinho, un brasileño que trabajó durante muchos años en el control de accesos de discotecas y que fue el guardaespaldas de su compañero de profesión, el también brasileño Ronaldinho. A la espera de que su nuevo abogado, Cristóbal Martell, presente hoy un recurso con la intención de conseguir que pueda salir de la cárcel bajo fianza y medidas cautelares hasta que se celebre el juicio, la periodista Mayka Navarro ha publicado en La Vanguardia las primeras declaraciones del deportista dentro de prisión y su actual estado.

Según el medio citado anteriormente, la adaptación de Dani Alves está siendo "modélica" y el jueves disputó su primer partido con compañeros de patio. Esta información se conoce a través de fuentes oficiales de dentro y fuera del centro, así como de familiares de reclusos que han podido conocer cómo está el deportista desde que ingresó en prisión. "El futbolista se ha quedado fuera, y el Dani que está aquí es uno más", comentó el brasileño cuando fue trasladado a Brians 2, una prisión en la que hay "recintos más seguros y menos masificados", con intención de protegerle y darle mayor seguridad.

Mayka Navarro adelanta que el futbolista está "muy tranquilo, reservado, de pocas palabras y sin externalizar demasiado sus emociones". El brasileño habría explicado durante estos días que es "plenamente consciente" de dónde está y de lo que puede pasar si no prospera el recurso de apelación que prepara su nuevo abogado. "Aceptaré lo que venga. Me fui de casa con apenas 15 años. He superado en mi vida situaciones muy difíciles y complicadas. Esta será una más que pasará. No me asusta nada", ha dicho.

El primer día que declaró ante la jueza, el futbolista dio tres versiones diferentes de lo que había ocurrido aquella noche en la discoteca Sutton de Barcelona. En un primer momento aseguró no conocer de nada a la víctima, pero más tarde declaró haber mantenido relaciones consentidas en el baño de la discoteca. Según él mismo, una versión distinta que no había querido dar antes "por miedo" a confesar la infidelidad a su mujer, la tenerifeña Joana Sanz.

Y esa es la versión que continúa dando dentro de la cárcel. Dani Alves mantiene que las relaciones fueron "con consentimiento de la mujer" y cuando le cuestionan sobre la denuncia, según ha publicado Mayka Navarro, el brasileño "cierra la boca y no responde". Por ahora, toda la atencion de sus abogados y familiares está centrada en conseguir que la jueza le permita salir de la cárcel bajo fianza y medidas de seguridad. Dani habría asegurado que su idea era acabar viviendo buena parte de su vida en Barcelona, ciudad en la que tiene su casa y donde están domicialiadas dos de sus empresas.

Sus padres y algunos de sus hermanos han viajado a Barcelona para poder estar cerca de él hasta que salga el juicio, pero Dani no quiere que su madre le vea encarcelado. "Los dos han podido hablar por teléfono, pero el jugador prefiere esperar el resultado del recurso porque asegura sentir vergüenza de que su madre le vea en prisión", asegura el medio citado anteriormente.

La modelo ha pedido en todo momento "respeto" a los medios de comunicación por la situación personal que está atravesando. Tan solo unos días antes de la detención de su marido, Joana tuvo que hacer frente a la muerte de su madre. Hace unos días eliminó todo rastro del futbolista de las redes sociales y a diario recibe mensajes de acoso por parte de sus seguidores.