Carmen Sevilla falleció este pasado martes a los 92 años de edad. La artista, quejada de alzhéimer desde hacía más de una década, llevaba retirada de la vida pública desde entonces, viviendo en una residencia y sin apariciones mediáticas de ningún tipo, por decisión de su familia. La misma línea ha seguido su despedida: el último adiós ha sido en privado, sin capilla abierta abierta al público y con la única asistencia de los suyos. En todo ello, papel crucial ha tenido su único hijo, Augusto Algueró Junior, que tras el comunicado emitido ayer, se ha pronunciado hoy públicamente ante los medios de comunicación.
El productor y director musical ha atendido a la prensa a su llegada al tanatorio de Pozuelo de Alarcón para proceder a la incineración de los restos mortales de su madre. Desde el coche en el que era trasladado, ha reiterado su voluntad de mantenerse lejos del foco mediático. "Yo no soy famoso, los famosos han sido mis padres, yo he procurado mantener el anonimato y así es como quiero continuar mi vida, quiero que se me respete y me gustaría que así fuera”, han sido sus primeras palabras.
Augusto ha revelado cómo está viviendo el duelo tras la muerte de su madre, de quien no se ha despegado en la última década de su vida, llena de momentos dolorosos y muy complicados, en los que ha llorado "todo lo que tenía que llorar" y que ha hecho que se le sequen "los ríos de lágrimas", pero también otros recuerdos "adorables", en sus propias palabras, al saber que la estaba ayudando.
"A ratos […] son momentos duros, a veces te pega un bajón, que es lo que me ha pasado a mí, y te echas a llorar como una magdalena. Pero luego tienes que tirar para arriba, porque no puedes estar así todo el día", ha admitido.
Algueró Junior ha hablado también de la decisión de mantener en la más estricta intimidad la despedida a la artista. Una postura que ha recibido críticas en medios de comunicación por parte de personas del entorno de la artista, como su abogado o su antiguo chófer, que entendían que Sevilla merecía una despedida abierta y multitudinaria, en la que el público pudiese decirle adiós, y que acusaron al hijo de la cantante de no transmitir información y de una actitud obstruccionista.
El hijo de Carmen ha explicado ahora cómo se tomó dicha decisión. Augusto ha revelado que no fue él quien la tomó. "Lo que hice, cuando falleció mi madre, es ponerme en contacto con todos los miembros de la familia, los que creo y considero que tenían que venir […] Todos los que estamos aquí hemos decidido mantener una velada tranquilos y alejados de los medios”, ha detallado.
En ese grupo de personas con las que contactó se encuentra un rostro muy conocido, el de Rosario Flores, ahijada de Carmen Sevilla y que lamentaba públicamente su pérdida, que finalmente no pudo acudir, algo que lamentó profundamente el hijo de la artista “Me hubiera gustado tenerla aquí, porque la adoro y la quiero, y mi madre la adoraba”, se ha sincerado.
El hijo de la actriz, cantante y presentadora que se ganó a pulso el título de 'Carmen de España' ha tenido palabras también en respuesta a lo expresado ayer por otros miembros del entorno como su letrado Marcos García-Montes, que aseguró no haber visto a nadie al acceder a la sala. "He escuchado a alguien que ha venido y ha visto que no había nadie, pues lógicamente no había nadie porque no era el momento ni correspondía que hubiese nadie”, ha expresado.
"Entiendo que las críticas siempre estarán, hagas como lo hagas. Si hubiera montado un circo, una feria o una verbena, pues seguramente hubiera habido quien hubiese dicho 'Yo no sé cómo hubiesen dejado entrar a todo el mundo, eso ha sido un circo", ha apuntado, con respecto a la decisión de la familia.
A la incineración, según sus propias palabras, han acudido exclusivamente, pocos miembros de la familia, todos con lazos de sangre con su madre, además de las dos personas que la han cuidado durante sus últimos años: “Han estado con ella, conviviendo 24/7, cuidándola y protegiéndola”.