Tamara Gorro, quien recientemente adquirió una propiedad en Ibiza para disfrutar de sus vacaciones junto a sus dos hijos, Antonio y Shaila, fruto de su relación con Ezequiel Garay, ha sufrido un accidente durante su estancia en la isla. Las altas temperaturas y las aguas cristalinas animaron a la influencer a coger una moto acuática, actividad que se vio empañada por un contratiempo “heavy” del que ha informado en su cuenta de Instagram.

Durante los últimos días, la creadora de contenido ha estado menos activa de lo habitual en sus redes sociales. Aunque era captada y fotografiada por los paparazzi que la siguen, como puedes ver en el vídeo situado bajo este párrafo, la creadora de contenido se ha tomado un tiempo para llevar una vida más relajada después de protagonizar un incidente que le ha generado molestias y dolor.

“Tuve un accidente con una moto de agua heavy, y mirad que a mí me gustan las motos de agua, las cojo normalmente. Me reventé, no podía mover el cuello, la pierna, la rodilla… fatal”, ha explicado a través de sus historias, donde ha mostrado una parte de su rehabilitación.

La influencer se está sometiendo a sesiones de crioterapia a temperaturas extremadamente bajas (de hasta -125ºC) para aliviar los dolores musculares y cervicales que ha experimentado. Esta técnica de tratamiento en frío se ha convertido en su elección para buscar alivio y recuperación física. “Estoy bien, pero he estado muy mal”, ha actualizado su estado de salud Gorro.

Aunque afortunadamente no ha sufrido daños graves, reconoce que la situación podría haber sido mucho más “grave”, por lo que se siente agradecida por haber salido casi ilesa del agua. Gorro todavía se encuentra en proceso de recuperación, pero es consciente de que el accidente pudo traer consecuencias más graves.

Como resultado de su propia experiencia, Tamara ha advertido sobre los riesgos potenciales que pueden surgir al montar en motos acuáticas y ha animado a su 'familia virtual' a tomar precauciones y seguir las medidas de seguridad pertinentes antes de embarcarse en esta emocionante actividad, enfatizando que los peligros asociados con el uso de motos acuáticas no solo afectan a quienes las disfrutan, sino también a aquellos que están en el agua disfrutando de un baño o realizando otras prácticas.

“Esto no es un juego”, ha tratado de concienciar la madrileña, que aclara que ella no estaba realizando maniobras peligrosas ni comportándose de manera imprudente cuando tuvo este accidente: “Vino una ola y el agua es como cemento… Con las actividades acuáticas hay que tener mucho cuidado, así que por favor, no juguéis con fuego, que puede ser muy peligroso”.