Mon Laferte es una de las grandes figuras de la música latinoamericana que ha puesto un pie en Sevilla para celebrar a la música en español. La artista chilena dará el "presente" en la noche de la histórica edición de los Latin Grammys, nominada por su colaboración con la artista portorriqueña Ile, con 'Traguito', que compite a Mejor Canción Urbana y ha sido homenajeada por sus pares con el premio a "Mujeres sobresalientes en las artes y las ciencias" por su trayectoria en la música.
Su nombre ya es familiar para la Academia: es la chilena con más nominaciones a los premios y que también ha pasado sus fronteras para convertirse en una estrella internacional, al brindar conciertos por todo el globo y ha coleccionado una serie de colaboraciones con artistas de renombre como Jorge Drexler.
En vísperas de la celebración de los premios, el pasado 10 de noviembre la joven ha lanzado el que ella considera su "mejor disco", bautizado como 'Autopoiética', y que en cuestión de días ha ganado miles de escuchas del publico por diversos puntos del mapa. El nombre de esta obra está basado en el término acuñado por los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela que denominaron la "autopoiesis" como "la cualidad de un sistema molecular capaz de auto producirse y mantenerse por si mismo".
Esta "reinvención" es la esencia que la artista ha querido brindar a su disco y de lo que ha querido hablar en un modesto rincón del hotel Doña María a escasos metros de la famosa Giralda de la capital andaluza. Con una sonrisa cálida y tímida, la joven ha explorado algunos tópicos de los que ella sabe bien. La reinvención en cada uno de sus discos y los límites que supone, la maternidad y la culpa, la apariencia y la demanda social de cumplir con estereotipos e incluso se ha puesto firme y abierta a la hora de experimentar en la Inteligencia Artificial y la música: "Me daría risa que usasen mi voz en una canción y que luego se hiciese viral", dice sobre la polémica que protagonizó por este asunto Bad Bunny recientemente.
La alfombra roja de los Grammy se ha vuelto un rincón de "descarga" para la artista. En 2019 mostró los pechos para protestar contra la violencia en Chile y, en 2021, posó sin tapujos con un vestido con bordados de vulvas y vaginas. En esta nueva edición, la artista nos ha contado que no vamos a verla así de expuesta y ha confesado que muchas veces se deja influir por las presiones de la industria: "A veces quiero encajar. Todos buscamos la aceptación. Pero otras, me gusta incomodar". Dale al Play para escucharlo con sus propias palabras.
En una entrevista, Mon había reconocido que hizo giras y compuso canciones mientras le daba el pecho a su bebé. Ante la pregunta de si la industria de la música facilita de alguna manera las cosas para las madres, la artista ha sido contundente: "Facilitarlas... no. Se puede ser madre y artista, se puede hacer, pero es cansado", aclara. Tras repasar cómo lo vivió ella, aclara que es importante no dejar de lado lo que a una la apasiona, no dejar de intentarlo: "Muchas veces me siento culpable por no estar para mi hijo pero creo que no voy a ser una buena mamá si no estoy completa".