Este pasado sábado conocíamos la triste noticia de la muerte de Silvia Tortosa, que fallecía en Barcelona a los 77 años. Su pareja, Carlos Cánovas, aseguraba públicamente que su fallecimiento había sido algo "totalmente inesperado" y que nadie se lo esperaba. Él mismo contaba en una entrevista al periódico ABC que, tras vencer al cáncer de mama, le llegó "esta complicación que ha sido fulminante", pues la actriz había desarrollado un nuevo cáncer que desconocían.
Fue en el año 2019 cuando la actriz contó públicamente que le habían diagnosticado "un enemigo al que se puede derrotar". En una entrevista que concedió a la revista Lecturas, ella misma explicó que le habían detectado un bulto en el pecho izquierdo "en una autoexploración rutinaria" que llevaba haciéndose desde que era jovencita. "Cuando me lo confirmaron yo lo tenía ya tan asumido y lo había pasado ya tan mal que en lo único que pensé es en cómo esto podría afectar a mis seres queridos, a mi trabajo y a los que de mí dependen profesionalmente", contó entonces.
En aquel momento, la actriz ya confesó que su gran apoyo era Carlos, su pareja (23 años más joven que ella). "No concibo no tener a Carlos en mi vida, ni en estos momentos ni en ninguno", aseguró hace cinco años. Ha sido precisamente él quién ha explicado que Silvia Tortosa, que ha estado estos últimos años alejada del foco y centrada en su salud, superó esa enfermedad y la última complicación fue lo que terminó con su vida.
Este lunes 25 de marzo tiene lugar la capilla ardiente en el Tanatorio de Les Corts, en Barcelona, y después la actriz será enterrada en el cementerio de Montujuic junto a sus padres. Una de las primeras personas en acudir a dar el último adiós ha sido Chelo García Cortés, que fue amiga de la actriz. También hemos podido ver a Chema Martín, José Manuel Parada y Ana Congost.
Otra de las importantes personas para Silvia Tortosa a la que han fotografiado a su llegada a la capilla ardiente es Carlos Cánovas, su viudo. Con un traje negro y una camisa blanca, la pareja de la actriz llegaba sin contener la emoción y atendía a los medios que esperaban a la puerta.