La sincera reflexión de Elena Tablada, dos años después de su ruptura con Javier Ungría: "Suelta y confía"

Tras seis años de noviazgo, cuatro de matrimonio y una hija en común, Javier Ungría y Elena Tablada ponían fin a su relación en buenos términos. Sin embargo, tiempo después la situación sufría un giro radical que terminaba con encuentros en los tribunales por la lucha de la pequeña Camilla. Desde su separación ya han pasado casi dos años durante los que la diseñadora ha adoptado un aprendizaje del que ahora querido dejar una reflexión.

En las redes sociales, Elena acumula casi 300 mil seguidores con los que es habitual que comparta aspectos tanto de su faceta profesional como de su vida personal, en la que se cuelan desde publicaciones junto a su familia hasta los distintos pensamientos que no tiene inconveniente en compartir con los usuarios.

Ha sido a través de su perfil público donde ha querido hacer un balance de las expectativas que tenía tras su ruptura con Javier y sobre cómo sería su vida cuando el tiempo hubiese conseguido curar las heridas del pasado. “Querida yo: En un año, estarás totalmente orgullosa… y así ocurrió”, ha comenzado explicando sobre los primeros 365 días tras el cambio. “Y, en 2 años habrás vuelto a nacer. Suelta y confía”, ha escrito ahora, cuando se cumplen casi dos años desde que Ungría dejó de formar parte de su día a día.

No solo con sus palabras, sino también con imágenes, ha querido dejar claro que actualmente está viviendo una de sus mejores etapas: “Hoy, junio del 2024, así fue…”, ha añadido sobre un vídeo en el que, sin miedo a las miradas ni juicios de los que pudieran transitar el mismo lugar, aparece bailando en medio de una calle.

Del mismo modo, en la descripción del post ha querido recalcar la advertencia que se dio a sí misma hace 24 meses: “Junio del 2022 me dijo: Querida yo, en un año te haré inmensamente orgullosa de ti misma. Confía, Dios destruye tus planes antes que ellos te destruyan a ti”, ha sentenciado.

Ya en febrero de 2023, Tablada habló por primera vez después de su divorcio y confesó que lo que pensaba que era una desgracia, terminó siendo parte de un plan en el que tenía que agradecer lo vivido: “No tengo reparo en decir que me rompió el corazón pero al final me he encontrado a mí misma. Es un proceso lento y doloroso, pero me he sabido dar el valor a mí misma, sin que ese valor dependa de cómo me valora otra gente. Me perdoné a mí misma y me liberé”, se sinceró entonces.