Shannen Doherty fallece a los 53 años tras una larga lucha contra el cáncer
Shannen Doherty ha fallecido a los 53 años de edad
La actriz de 'Embrujadas' fue diagnosticada en 2015 de un cáncer de mama
Shannen Doherty explica por qué no estuvo presente en el final de 'Embrujadas'
Este fin de semana, Shannen Doherty ha fallecido a los 53 años de edad. La de ‘Sensación de Vivir’ fue diagnosticada en 2015 de cáncer de mama y, aunque llegó a superar la dolencia, posteriormente recayó en la enfermedad que terminó extendiéndose hasta los huesos.
Muere Shannen Doherty a los 53 años
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Ahora, ha sido su representante, Leslie Sloane, la que ha anunciado la trágica noticia. "Con gran pesar confirmo el fallecimiento de la actriz Shannen Doherty. El sábado 13 de julio perdió la batalla contra el cáncer después de muchos años de luchar contra la enfermedad", ha comunicado a 'People' la agente de la actriz que dio vida a Prue Halliwell en la serie de 'Embrujadas'. "La devota hija, hermana, tía y amiga estuvo rodeada de sus seres queridos y de su perro, Bowie. La familia pide privacidad en este momento para poder llorar la pérdida en paz", ha añadido.
La actriz se sinceraba sobre su funeral hace unos meses
El pasado mes de enero, en uno de los episodios de su podcast, ‘Let’s be clear with Shannen Doherty (‘Seamos claros, con Shannen Doherty’)’, la intérprete afirmó estar preparando los detalles de cara al día de su muerte. En el programa, confesó que, cuando se produjeran los homenajes pertinentes en su fallecimiento, “hay mucha gente que creía que aparecería, pero no quería que estuvieran allí": "Aborrezco la falsedad. Tienen sus razones y puede ser bueno para ellos, pero en realidad no les agrado lo suficiente como para que aparezcan allí. Lo harán porque es políticamente correcto y no quieren quedar mal", explicó.
Por esta razón, ella misma quiso ser la encargada de quitarles antes de tiempo esa posible presión de encima a los ‘non gratos’, insistiendo en que deseaba que su funeral “sea como una celebración de amor": "No quiero que la gente llore o que en privado digan: ‘Gracias a Dios, esa perra ya está muerta’", sentenció.
Tal era su afán que la intérprete se encargó de darle a su mejor amigo, Christian Cortazzo, a quien además nombró como albacea de su testamento, una gran lista de las personas que le gustaría que estuvieran allí ese día para darle el último adiós. Sin embargo, no lo ha hizo de los que no quería que apareciesen porque confesó que la enumeración sería "muy extensa".
A pesar de tener en cuenta los preparativos, explicó cómo le gustaría que se sucedieran los acontecimientos, los cuales confiaba en que llegasen más tarde que pronto: "Lo más importante es que no quiero morir demasiado pronto porque tengo mucho que conseguir aún. Y eso me pesa mucho porque pienso que no he recaudado el suficiente dinero para combatir el cáncer”, se sinceró.