Este jueves 29 de agosto se ha conocido la sentencia del caso Daniel Sancho, sin duda uno de los más mediáticos en los últimos años. El hijo del actor Rodolfo Sancho, que asesinó a Edwin Arrieta en julio de 2023, se enfrentaba a varios escenarios distintos tras los cargos por los que ha sido acusado: asesinato premeditado, ocultamiento del cadáver y destrucción de documentación ajena.
El 31 de julio del pasado año, Daniel llegaba a Koh Phangan, en Tailandia. El miércoles siguiente, se encontraba con Adwin Arrieta después de haberle invitado a viajar hasta la isla para celebrar juntos la fiesta de la Luna Llena. Es entonces cuando ambos se desplazaban hasta el bungalow del resort Haad Salad Villa, donde tenía lugar el asesinato con los utensilios que el hijo de Rodolfo Sancho había comprado el día anterior en un establecimiento de la zona. Tras ello, procedió a descuartizarle y deshacerse de las distintas partes del cuerpo en un vertedero y en el mar, a través de un kayak que había adquirido.
No es hasta el día siguiente cuando la hermana del asesinado, después de haberle localizado por Instagram, contacta con Sancho y acuden a una comisaría a denunciar la presunta desaparición. Sin embargo, el sábado confesaba el crimen y el domingo acudía hasta el hotel con la policía para reconstruirlo.
"Tenemos ya los resultados definitivos de la autopsia. Primero se pelearon, según las pruebas en el lugar. Daniel le dio un puñetazo, luego el doctor se cayó y se golpeó la cabeza contra el lavabo, pero no murió en ese momento, sino cuando comenzó a cortarle el cuello, según los forenses", indicó el número dos de la Policía de Tailandia, Surachate Hakparn.
Unas horas después, el lunes 7 de agosto, el primogénito de Silvia Bronchalo ingresaba en la prisión de Koh Samui, donde permanece desde hace un año, mismo lugar en el que el pasado 11 de julio cumplía los 30 años y al que sus padres, así como sus abogados, han acudido a visitarle cuando han tenido oportunidad. Allí también ha comenzado una serie de rutinas entre las que destacan el yoga, el muay thai y la meditación, así como la lectura, habiendo finalizado hasta setenta libros desde su entrada y que le han llevado a escribir un manuscrito sobre su propio caso.
En su declaración a los agentes que le acompañaron hasta el bungalow, Daniel explicó que el desencadenante de la pelea que habría concluido con la muerte de Edwin fue que el primero se habría negado a mantener relaciones sexuales con él, así como a continuar con su idilio: “Yo le dije que no quería, que lo sentía. Esto tiene que acabar. No quiero hacerlo más". Esto no gustó nada a la víctima que le respondió que no iban a terminar su historia y le gritaba "¡Tú eres mío!". Él estaba ahí Me levanté y le di un puñetazo. Estábamos hablando y yo empecé a elevar mi voz, y el también. Yo me levanté y él empezó a dar paso atrás. Yo empecé a hablarle más y le hice ¡bum! Fue por aquí", contó sobre el puñetazo que le propinó y que habría provocado que su cabeza impactara contra el lavabo. “Creo que le volví a golpear, una y otra vez", desveló.
Dos horas después de que el cadáver permaneciese en el baño, y tras haberlo duchado para evitar que la sangre coagulase, procedió a segmentarlo: "Primero fue la mano y luego empecé... El resto lo puse dentro de las bolsas", confesó.