Sara Carbonero habla por primera vez de su cáncer abiertamente: "Creía que si no lo nombraba no sería realidad"
Sara Carbonero ha roto a llorar durante el discurso que ha dado sobre el cáncer en los ELLExHOPE
La periodista ha hablado por primera vez de manera abierta sobre su enfermedad, que fue diagnosticada en 2019
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Sara Carbonero ha sido una de las protagonistas de la gala ELLExHope que se celebró en la noche de este pasado miércoles en el Palacio de Santoña de Madrid. Por primera vez, la periodista quiso hablar abiertamente sobre su enfermedad, el cáncer que le diagnosticaron en 2019. En su discurso, sincero y muy emotivo, Sara ha mandado un mensaje a todas aquellas mujeres que están pasando por lo mismo y ha contado, sin poder contener las lágrimas, lo que ha supuesto para ella y para su familia.
El discurso íntegro de Carbonero
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"No ha sido nada fácil para mí tomar la decisión de estar hoy aquí recogiendo este premio. No por lo que significa, que me encanta, sino porque para mí esta es la primera vez que hablo a corazón abierto y públicamente sobre mi enfermedad, el cáncer. Una palabra de la que he huido durante años y a la que no me gustaba hacer referencia porque creía que, si no la nombraba, no sería una realidad. Me ha costado tiempo aceptar que esto es una carrera de fondo, que yo voy a ser siempre una paciente oncológica y que conviviré con la incertidumbre, he aprendido a abrazarla.
¿Por qué este cambio? Estoy aquí en la cuarta edición porque he hecho un gran trabajo personal en este tiempo y he mirado mucho para adentro y me he dado cuenta de que en esta travesía, a lo largo de este desierto, se hace mucho mejor acompañada. Hay que normalizar el cáncer, que mostrarnos vulnerables no es malo, nadie es perfecto ni lo pretendemos. Estoy aquí para mandar un mensaje de aliento para todas las personas que estén conviviendo - porque no me gusta nada los términos bélicos (batallar y así) - con esta cruel enfermedad.
Os voy a contar una cosa: cuando en 2019 me encontré con el diagnóstico del cáncer, me quedé en shock. Era terrible, yo tenía 35 años, una vida sana, no entendía nada. Y eso que mi pronóstico fue bueno, pero mi cabeza esta llena de porqués. Me recomendaron ir a un psicooncólogo, que hacen una labor maravillosa, pero yo en ese momento necesitaba hablar con mujeres que hubieran pasado por lo mismo que yo y estuvieran vivas, fuertes y trabajando.
Eso es lo que hice, llamar a las diez mujeres que no conocía de nada para que me contaran su historia. Me dieron el impulso que yo necesita, que es lo que quiero hacer hoy con todas las mujeres que puedan estar viéndome ahora mismo, para decirles que hay salida. He aprendido mucho sobre el valor del tiempo, que es el tesoro más preciado que tenemos. He aprendido a vivir el presente, como decía nuestro querido Pau Donés, "de manera urgente". He aprendido que el poder del amor es tan potente, que es capaz de transformarlo todo.
Aquí quiero acordarme de aquellas personas que han estado a mi lado incondicionalmente estos años, que son ya muchos. Quiero destacar a mi familia, a mi madre y a mi hermana, que quizá han sido las personas que más han sufrido conmigo. Y aquí hay una buena representación de mis amigas. Está Raquel (Perera), maestra y compañera de muchas cosas. Mi amiga Isabel es la persona que más horas de hospital ha compartido conmigo. Vicky Marcos se encargaba de poner guapa cuando yo no me reconocía frente al espejo. Ana Rivera es la hermana mayor que nunca he tenido y Ana Carolina ha venido de Portugal, no solo hoy, cada vez que he tenido que ser operada o intervenida. Muchas gracias a todas y a todos. Gracias a mis médicos, que yo llamo ahora mis ángeles de la guarda, y, después, a mi razón de ser, que ya podéis imaginar quienes son.
Martín y Lucas, sois mi motor y mis ganas
No quiero personalizarlo en mí, quiero mandar un mensaje especial para esas mujeres, madre y enfermas de cáncer con niños pequeños que no entienden nada y no les puedes explicar por qué su madre está tirada ocho días en la cama después de cada quimio y a los 21 días lo mismo, y a los 21 días lo mismo. O por qué su madre no tiene energía, como las madres de sus compañeros. A veces no puedes ni llevarles al colegio, esos niños que no preguntan nada, pero lo saben todo. Mi cariño para esas madres valientes, esas madres coraje que vais a poder ver a vuestros hijos crecer como lo estoy haciendo yo. Martín y Lucas sois, mi motor y mis ganas.
Estamos aquí para hablar de investigación y es importante que cada acto, cada entrega de premios, cada acción que se organiza en nombre del cáncer es una oportunidad par reivindicar la importancia de la investigación. No tenemos que cansarnos de repetirlo porque cuando llegas a la consulta y tengo una revisión, le pregunto a Antonio si hay algo más, algo nuevo, eso marca la diferencia. Es esperanza, es vida, es medicina para nuestra cabeza que es esa parte importantísima de este proceso, la salud mental. Necesitamos psicólogos y que la recuperación de un proceso oncológico se aborde desde varios frentes: medicina, alimentación, deporte y salud mental. Sin salud mental no hay salud.
¿Sabéis lo que necesitamos? Calma. Necesitamos reducir el estrés lo máximo posible, cada uno como pueda. Con ayuda en el trabajo, en la conciliación, cada uno como pueda. Parando un poco el ritmo frenético de vida que llevamos y que nos empuja. A mí, personalmente, me encantaría que llegue el día en el que no tenga que mirar por el retrovisor porque vienen tres o cuatro coches detrás. La verdad que es difícil encontrar la paz así. Pero bueno, no he venido a quejarme, he venido a dar las gracias a Carolina y la Asociación Española Contra el Cáncer por su labor incansable y porque me habéis ayudado cuando lo he necesitado.
Este premio es de todos y cada una de las personas que la están sufriendo, no vamos a dulcificarla porque es terrible esta pandemia, pero recordad que hay esperanza, que hay luz al final del túnel. Que yo estoy aquí seis años después gracias a la medicina y al amor, a las dos cosas. Otras personas no han tenido esa suerte, para ellas va este premio. Para ti, Merche, que te has ido hace nada, un beso al cielo.
Para terminar voy a repetir unas palabras que compartí en 2019, cuando llegó el tsunami. Me acababan de operar y, bueno, son de Murakami y ahora tienen mucho más sentido que entonces: 'Y una vez que la tormenta termine, no recordarás cómo lo lograste ni cómo sobreviviste, ni quisiera estarás seguro de si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa sí es segura: cuando salgas de esa tormenta no serás de la misma persona que entró en ella, y de eso trata la tormenta'.
Muchísimas gracias".
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