El 4 de marzo, la jueza titular del Juzgado de Instrucción Número 5 de Martorell reabrió la investigación sobre la muerte de Isak Andic, el CEO de Mango que falleció trágicamente tras caer al vacío desde una altura de unos 150 metros en Collbató, Barcelona. Cuando esto ocurrió, Isak estaba en compañía de su hijo, Jonathan Andic, que fue la última persona en verle con vida.

La misma tarde del fallecimiento de su padre, Jonathan hizo su primera declaración bajo los efectos del shock tras haber sido testigo de la muerte de su padre. Jonathan explicó que se dirigían hacia el coche – él iba unos metros por delante de su progenitor – cuando Isak, tras escuchar un desprendimiento de piedras, perdió el equilibrio y cayó por el precipicio. “Lo organicé yo y también elegí yo la ruta”, explicó a los agentes de policía. Tras este relato y encontrar inconsistencias en él, un mes después fue interrogado de nuevo durante más de tres horas. Una declaración en la que los agentes buscaban detalles más específicos como la posición del coche en el aparcamiento, ubicación de Jonathan en el momento del accidente y las fotografías que se tomaron durante ese día.

El hijo del empresario dijo que no había hecho ninguna fotografía, pero con la investigación se determina que sí que las hubo de ese día. Por otro lado, dijo que la primera llamada que realizó fue a emergencias y fue a su madrastra, Estefanía Knuth y la descripción de la caída no concuerda con los análisis realizados.

Según han señalado en 'TardeAR', fuentes cercanas a la familia han afirmado que "la relación entre ellos era tensa por el control de la empresa familiar". La hipótesis oficial mantiene que la muerte de Isak fue provocada por un accidente, pero los Mossos d'Esquadra insisten en agotar todas las líneas de investigación.

El periodista Julio César Ruiz ha hecho una investigación exhaustiva del caso y ha explicado en ‘TardeAR’ las novedades y datos que, en un primer momento, pasaron desapercibidos por medios y periodistas. “Es un dato que se nos escapó a todos los periodistas, en un primer instante todos publicamos que Jonathan llamó a emergencias nada más caer su padre y, sin embargo, la investigación policial de los Mosso d'Esquadra en el segundo testimonio que da Jonathan Andic nos viene a entender que en realidad hubo una llamada previa a su madrastra (…). La pareja se persona junto al equipo del propio Isak Andic”, explicaba el periodista.

Otra de las contradicciones de Jonathan es que en un primer momento dijo que el coche estaba aparcado en un sitio y después en otro. “La justicia reabre el caso porque los Mossos d'Esquadra se encuentran que durante la segunda entrevista que se le realizó el pasado 31 de enero hay algunos datos que no encajan. El dato prioritario es con unas fotografías que se supone que nunca se produjeron, pero sí que se realizaron y los Mossos pudieron acceder a ellas. Pero el dato del coche es bastante llamativo porque nos viene a decir que en un primer momento Jonathan Andic no dijo la verdad”, ha apuntado Julio César. Unos datos a los que también ha añadido que otra información en la que podría no “haber dicho la verdad” es sobre la caída: “La unidad de montaña de Mossos d'Esquadra dicen que no es tan compatible con lo que Jonathan Andic dijo en un primer momento, aunque dicen que esto podría ser por cuestiones de nerviosismo o del primer luto”.

Por otro lado, la investigación también está tratando de establecer una posición de los teléfonos móviles y por eso se ha solicitado a las operadoras de teléfonos móviles la posición de ambos dispositivos, pero en la zona en la que cayó el empresario no hay cobertura. Sin embargo, los Mossos piensan que es posible que el móvil del fallecido – que acabo destrozado por la caída – pueda tener en sus metadatos registrada la ruta que padre e hijo hicieron.  

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