Ha ocurrido este fin de semana. Lady Gaga ha barrido en seguidores de Twitter a Britney Spears, hasta el momento la persona más popular de esa red social, lo que equivale a ser la más popular de Internet. Ahora, más de 5.770.000 personas leen lo que le apetece decir a la Gaga cuando le apetece a la Gaga, con un fondo de pantalla en el que aparece con su corsé-lanzallamas. Ni Obama ni la CNN poseen ese poder. Pero eso no es lo importante, porque a estas alturas de la cultura pop ya sabemos que nada arrastra tanto a las masas como una buena estrella medio loca.
Lo fascinante del asunto es que Gaga ha fulminado la historia de amor que mantenía Internet con Britney, su musa. Desde hace unos diez años, Britney ha sido siempre la más buscada en la red. En el año 2001 un jovencísimo Google (que sólo tenía tres años de edad) publicaba por primera vez su Zeitgeist, un informe que certificaba cuáles eran en realidad las palabras que la gente introducía en su caja de búsqueda en la intimidad de su casa o su cubículo. Triunfaba una Britney de 20 años que aún defendía la virginidad y salía arreglada de casa por las mañanas.
En los años siguientes, salvo algún altibajo causado por Jennifer López o Paris Hilton, la princesa del pop fue también la princesa de Internet. Los escándalos empezaron a sucederse, llegaron los hijos y los matrimonios y eso alimentó nuestro morbo online. También la red cambiaba y llegó la 2.0, en la que los usuarios comenzaron a producir sus contenidos. Britney sobrevivió.
Pero a mediados de 2008 llegó Gaga, como una broma al principio. Empezó a vender, a salir en las revistas, a ganar premios. Y a la vez, a reventar estadísticas en internet. Suyos son algunos de los vídeos más vistos de la historia y se basta para generar el 25% del tráfico del sitio musical Vevo. El monstruo de la fama también debía ser el monstruo de la red. En pocos meses ha logrado ser la más seguida en Twitter, conseguir más de 267 millones de reproducciones de Bad Romance. Según Famecount, es directamente la más famosa de Internet. Sólo se cierne una amenaza en el horizonte: si sigue como hasta ahora, Bieber podría desbancarla dentro de unos meses, ya que crece a toda velocidad en Twitter y su vídeo Baby le gana a Bad Romance en visitas en YouTube.
Ahora Google, en lugar de Zeitgeist, prefiere dejarnos que espiemos nosotros mismos la popularidad de los demás. La curva que compara a Britney y Gaga es cruel. Hace dos años nadie sabía quién era Gaga. A principios del año pasado, ya cruzaba su popularidad con la de Britney. Y a partir de ahí la línea se dispara como si fuera la curva del paro.
Si la rubia de las gafas extravagantes es consciente de algo, es precisamente de los mecanismos de la fama. Quizá por eso da la importancia debida al hecho numérico de sobrepasar en followers a Britney, se autocorona como "Tween" (Twitter Queen) y sube el correspondiente vídeo de agradecimiento a sus fans. Pero nadie sabe qué pasará con ellas ni cuanto durará en su trono la nueva reina de la Red. Gaga tiene sólo 24 años, cinco menos que Britney. Y parece que a Internet no le gusta que sus reinas se acerquen a la treintena.