Catalina Middleton va de 'sencillita' en su primer acto oficial

divinity.es 01/06/2011 16:00

Catalina Middleton es más lista que el hambre.Y no, no lo digo por que haya conseguido casarse con el príncipe Guillermo sino porque se nota que ha trabajado en asuntos relacionados con el marketing.

La sombra de Lady Di es muy muy alargada y ella es consciente de que su caso es parecido. Chica de clase media, más o menos mona, con pinta de la vecina de enfrente, se casa con príncipe azul. Si Catalina hubiera optado por el mundo del glamour, de los grandes diseñadores, por convertirse en una especie de top model, hubiera salido perdiendo, así que ella, aprovechando la crisis y consciente de que la institución monárquica cada vez está más en entredicho, ha optado por la austeridad.

El gran ejemplo ha sido su primer acto oficial, en la visita de los Obama a Reino Unido. Según explica Semana, la muchacha se puso un vestido de 220 euros (que a algunas nos parece una barbaridad, pero siendo casi reina parece razonable) de una firma corrientita, Reiss, que se agotó a las pocas horas y que hizo que se colapsara la web.

El modelo es bastante horroroso, un poco como de boda de provincias pero, al menos, Catalina cumplió esa máxima de la elegancia que consiste en, ante la duda, entre pasarse de vestida o quedarse corta, optar siempre por ir más sport que “overdress”. Y acertó porque la pobre Michelle Obama iba hecha un auténtico cuadro.

Su estilismo era más bien de vestido de Fiesta de los Quince americana. Con falda de raso con vuelo y torerita rosa que, al parecer, había costado 1.600 euros. Eso sí que es para denunciarlo, pero no por el precio, sino por lo horroroso que era.

Durante el encuentro, según cuenta la revista, ellas hablaron del viaje de novios y la boda y ellos sobre el entrenamiento militar del príncipe Guillermo. Todo muy femenino y muy varonil. Lo del viaje de novios, bueno, puede entenderse, pero lo de las milicias es un tema un poco raro.

Eso sí, la prensa se ha hecho eco de que hubo super buen rollo. La cita iba a durar 10 minutos y se alargó otros 10. Comprensible, tener que contar con detalle todas las experiencias militares es como para hablar largo y tendido.

Eso sí, Michelle debió darse cuenta de que había metido la pata con ese traje tan tan americano y para la cena en Buckingham optó con uno más sencillo, más digamos europeo. Iba bastante mona, de blanco, con escote y unos guantes largos del mismo tono. No era el colmo del estilo pero se podía aceptar.

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