Comparamos al austero disciplinado y al genio cierrabares
Raúl y Guti. Con apenas horas de diferencia, dos históricos del Real Madrid anunciaron su marcha del equipo de Chamartín. Se cierra un ciclo. Se acaba un tiempo. Llevan 16 y 15 años respectivamente en el primer equipo del club blanco. Ninguno de los dos ha jugado nunca como profesional en otro equipo que no sea el Madrid. Los dos son capitanes. Los dos han desarrollado carreras en paralelo, pero con estilos muy distintos dentro y fuera del campo. El moreno y el rubio. Contraponemos sus perfiles.
Raúl es un futbolista pragmático y austero. No es amigo de florituras sino de acciones eficaces. Sus cifras son su mejor aval: es el máximo goleador en activo de Primera, máximo goleador de la Champions y máximo goleador también de la Selección española.
Guti, por su lado, es impredecible, es la magia de un pase impensable, un fútbol con estilo propio basado en destellos de genialidad. El Curro Romero del césped. Es capaz de una jugada imposible y también de pasar desapercibido durante semanas. Una imagen para visualizar su estilo futbolístico: el taconazo que se inventó en Riazor en el mes de enero. Algunos creen que si se juntara lo bueno de Raúl y lo bueno de Guti tendríamos el futbolista perfecto.
Un reflejo de lo que son en el terreno de juego, parecen sus vestidores. El de Raúl es clásico y predecible. Camisas blancas, trajes de corte tradicional y un estilo casual sin estridencias. Un caballero de los de antes. Guti, por el contrario, es un cool hunter, un trendy sin miedo, libre y loco, que se atreve con pareos, sombreros y hasta con esmalte de uñas. Es uno de esos futbolistas entregados sin reservas al pendiente y los tatuajes.
Raúl es el trabajo, el tesón y el triunfo de la persistencia y la disciplina. La mano firme y discreta del capitán que apacigua y cohesiona el vestuario.
Guti es el rebelde, el visceral, el que llega tarde a los entrenamientos, a veces, según las malas lenguas porque se alargan demasiados sus juergas el día anterior. Guti es el que chupaba banquillo como castigo por perderle el respeto al entrenador en el partido de Copa ante el Alcorcón. Guti la ha suplido con un telento innato que le ha hecho firmar genialidades, pero hay quien afirma que su indisciplina ha privado al Real Madrid de llegar a conocer uno de los fenómenos más geniales nunca vistos.
Raúl es el prototipo de padre de familia tradicional. Un matrimonio duradero (10 años) con la espectacular modelo Mamen Sanz y cinco hijos son el pilar fundamental de una vida discreta alejada de escándalos y de los focos de las cámaras. Las celebraciones de goles que más le hemos visto al delantero ha sido besar su anillo de matrimonio, en homenaje a Mamen y la de celebrar goles simulando un embarazo.
Guti tiene dos hijos, Zaira y Aitor, con la que fue su mujer durante 9 años, la presentadora Arantxa de Benito. Los continuos rumores de crisis y desencuentros han salpicado a la pareja desde 2003, cuando llegaron a hacer público un comunicado anunciando su separación. Dos meses después se reconciliaron. Desde que la pareja firmara el divorcio, al futbolista se le han atribuido varias relaciones. Guti además carga con la fama de cierrabares, a la que ilustran esas fotos que circulan por Internet del futbolista junto a sus fans a las puertas de las discotecas. Para ser justos, tenemos que recordar que Raúl también tuvo su periodo canalla, allá por la Liga del 97-98, antes de comprometerse con Mamen. Frecuentó bares y discotecas junto a Suker y Mijatovic en una racha que coincidió también con unas de sus horas más bajas en el Madrid.
Raúl y Guti. Guti y Raúl. Sus inminentes destinos también parecen estar en consonancia con sus caracteres: Raúl, según parece, se va a Alemania, el país de la exactitud, la pulcritud en el trabajo, la seriedad... Guti, sin embargo, opta por su particular pasión turca.