Los días dorados de vino y cápsulas están a punto de acabarse para George Clooney. Ya debió parecerle que el mundo era un lugar un poco más cruel sin la corona del hombre más sexy del mundo, pero lo que ha hecho Marcilla no tiene nombre. El grupo estadounidense Sara Lee, del que depende la empresa cafetera, acaba de sacar al mercado pastillitas de café compatibles con su lujosa, exclusiva y estética Nespresso. What else??
El imperio se tambalea. Lo que la publicidad construyó a base de actores chic, web de fondo negro, anuncios subtitulados y dieciséis pastillas exclusivas de nombres como Rosabaya, Volluto o Arpeggio –se venden sólo en sus 26 tiendas o por Internet-, está a punto de venirse abajo por su base. ¿El motivo? Unas primas que llegan para repartirse la herencia. Más feas, sí, pero más baratas (diez por 2,99 euros en lugar de los 3,30-3,90 euros de hasta ahora) y más accesibles (estarán en venta en todos los supermercados).
La pelea que escenificaban en el último anuncio George Clooney, un mortal con debilidades al fin y al cabo, y John Malkovich, un dios con aún más deseos, podría convertirse en el preludio de este combate de boxeo planetario, en el que están en juego miles de millones de euros. Según Euromonitor International, las cápsulas suponen alrededor del 30% del valor de las ventas de café molido en el mercado europeo del negro fruto tostado, que mueve unos 13.000 millones de euros y el buen humor mañanero de aún más personas.
Por el momento, Sara Lee -Marcilla- ya ha lanzado un órdago similar en países como Holanda o Francia, donde Nespresso ha puesto la consiguiente demanda por considerar que se pasa su patente por el filtro. Se prevé que el caso español no sea una excepción. La salvación legal de Marcilla recae paradójicamente en subrayar su fealdad, ya que una capsula con aspecto de bolsa transparente agujereada nunca puede ser una copia de Nespresso. Los directivos que comieron con Clonney después del rodaje del último anuncio aún se duelen de la ironía.
Otra marca ya intentó arañar mercado a la gigante de la exclusividad, pero pinchó en hierro al atacar a la publicidad en lugar de a los cimientos. Cafés Martello se marcó una parodia del anuncio a lo Jóse Luis López Vázquez y quiso adelantar a Clooney por la derecha con un chico mono y el lema "Cheaper. Nothing else" ('Más barato. Nada más'), aunque se quedó corto de potencia. El debate, de hondo calado democrático, está en la calle. ¿Y tú de quién eres?