Desde que chilló en la gala de los Oscars de 1998 "¡soy el rey del mundo!" ya nos había empezado a caer muy gordo, sobre todo porque el pobre debe de creerse que sus películas son, además de espectaculares, técnicamente impecables y comercialmente incontestables, buenos ejemplos de trama y guión. El director de 'Titanic' y ese remake de 'Pocahontas' protagonizado por pitufos voladores llamado 'Avatar' se ha dedicado en las últimas semanas a despotricar contra todo y contra todos. Y claro, ha quedado como un tonto.
En una entrevista publicada por vanityfair.com la semana pasada, el director habló del reestreno de 'Avatar' (ha puesto ocho minutos nuevos y pretende que la gente vuelva al cine en masa a verla) y fue preguntado por 'Piranha 3D'. 'Piranha 3D', remake del clásico film de pececitos comilones de los 70, ha recibido buenas críticas en Estados Unidos por su espíritu divertido y autoparódico y ha sido todo un éxito en taquilla. Hay que decir que parte de una secuela de 'Piraña', estrenada en 1981, fue el debut como director de James Cameron. Y decimos parte porque fue despedido en pleno rodaje. Pues bien, James Cameron, autoproclamado máxima autoridad cinematográfica para decir qué se puede y qué no se puede hacer en 3D, no aprueba esta película.
"Yo casi nunca hablo mal de otras películas, pero 'Piranha 3D' es exactamente el ejemplo de lo que no deberíamos estar haciendo en 3-D", ha comentado. "Rebaja el medio y nos recuerda las malas películas en 3-D que se hicieron en los 70 y 80, como 'Viernes 13 parte III 3D'. Cuando las películas estaban tocando fondo creativamente y en el último suspiro de su vida financiera, recurrían al 3-D para aprovechar las últimas gotas de sangre. Y eso no es lo que está ocurriendo ahora con el 3-D. Es un renacimiento: ahora mismo las mejores películas están siendo rodadas en 3-D".
Efectivamente, Scorsese está haciendo una película en 3D y Disney piensa estrenar con esta técnica el esperadísimo remake de 'Tron'. Pero desde que Avatar llegó a los cines también hemos tenido que soportar 'Cómo entrenar a tu dragón', 'Como perros y gatos: la revancha de Kitty', 'Street Dance 3D' y la última entrega de esa saga de un monstruo verde y feo que es mejor ni nombrar. Vamos, todas ellas dignas de figurar en una retrospectiva en la filmoteca algún día de estos. ¿Acaso se cree James Cameron que el 3-D es el nuevo cine en color y no un simple mecanismo destinado a darnos dolor de cabeza? Se ve que sí.
El productor de 'Piranha 3D', Mark Canton, no se ha quedado callado, y su respuesta ha aparecido en todos los medios norteamericanos, convirtiéndose casi en la pelea oficial del verano en Hollywood. Mark Canton escribió una carta abierta (y larguísima) a Cameron en la que dice "El señor Cameron, que se distingue a sí mismo como un visionario del cine, parece tener una visión muy estrecha en lo que concierne a cualquier película que no sea suya. [...] Sus comentarios son ridículos, autocomplacientes e insultantes para todos aquellos que no estamos al servicio de su ego y su retórica".
"No todo el mundo tiene la ventaja de tener cantidades ilimitadas de dinero para jugar en su cajoncito de arena y tomarse diez años usando dinero ajeno para hacer una película y promocionarla... como hace usted", continúa Canton. "Hay una diferencia entre la palabra "maestro", que es que una palabra que inspira respeto, y "dictador", que es un término que es mejor dejar para otros que no están en nuestro mismo barco. Usted es uno de los mejores y es razonable pensar que debería inspirar a los jóvenes directores [como el de 'Piranha 3D'] y no castigarlos públicamente con su análisis defectuoso y malencarado".
Felicitamos a Canton por poner los puntos sobre las íes a este director tan subidito y pasamos a su segunda joya de la semana. Resulta que el director ha declarado que le "alegra" que las dos secuelas de 'Terminator' que no dirigió él (él rodó la original de 1984 y la primera secuela en 1991) no fueran un gran éxito en taquilla. "Definitivamente quieres que no vayan mal, porque Arnold Schwarzenegger y Sam Worthington (protagonista de 'Avatar') actuaban en ellas. Quería que funcionasen bien, pero no demasiado bien".
Que un director tan ególatra no quiera que las secuelas de sus productos superen a los originales es muy comprensible, pero que lo diga demuestra que o está de broma o definitivamente el éxito masivo de 'Avatar' le ha convertido en un viejo millonario y gruñón. Como siga así en breve le veremos durmiendo en una cabina de oxígeno y caminando por su casa con una capa blanca y hojas de olivo en la cabeza. Menos mal que si se toma el mismo tiempo para hacer su siguiente película pasarán otros trece años hasta que tengamos que volver a soportarlo.