Kate Middleton necesita con urgencia una asesora. Por supuesto de estilismo (que no se puede ser más ñoña) y, así, en la vida en general. Yo le recomendaría a Bienvenida Pérez, que tiene experiencia en el mundo del braguetazo a gran escala y más concretamente en el de la alta diplomacia británica; pero si no, me ofrezco yo misma que no tengo ese tipo de currículo pero creo que puedo aportar algo. Desde aquí intentaré ayudar a esta pobre muchacha.
En el QMD anuncian a bombo y platillo que Kate va a dar un giro a su vestuario. El titular es el siguiente: "Victoria Beckham lleva el lujo a Buckingham Palace". Así, a primera vista, lo que vemos es una imagen de Vicky vestida rollo grunge, como una mezcla entre Kurt Cobain y Madonna en sus peores tiempos, que no es muy ilustrativa para explicar lo que contiene el reportaje. Al parecer Kate ha elegido algunos diseños de la ex Spice Girl para su guardarropa de Primavera-Verano y, hombre, sí, los modelitos valen de 1.500 a 5.000 euros, son caros, pero el lujo suele ir asociado a la elegancia y, desde luego, no puede decirse que la mujer de Beckham sea elegante. El problema es ése, que hay gente que conecta de inmediato el concepto lujo (caro) con estiloso, pero no siempre es así, si no que se lo digan a Dolce y Gabanna o a Versace.
La pobre Kate, que está más perdida Carmen de Mairena en una sesión de la Academia de la Lengua (nos referimos a la lengua, como idioma), ha debido pensar: ¿qué es lo más caro que hay? Y se ha decidido por la presunta Spice Pija que es tirando a hortera, no podemos negarlo. Hombre, entre el vestido azul como de comunión de colegio del Opus (que también acompaña el reportaje) y una micro mini falda, tacones de 30 centímetros y abrigo de piel más corto aún (también en las imágenes, como estilismo de la Sra Beckham) hay un término medio.
Kate tendrá en su mente consciente o inconscientemente convertirse en la Gran Princesa, en una Diana de Gales, pero como siga así lleva camino de convertirse en algo más cercano a nuestra Princesa del Pueblo. Pero, claro, el cambio de clase social tiene estas cosas. Kate que viene de una familia de clase media, como cualquiera de nosotras, querrá, la mujer, imitar a los de la High Society y detalles, del tipo de uno que incluye el reportaje, como que la pobre Vicky tiene un terrible drama infantil porque se avergonzaba de que su padre le llevara en Rolls Royce al colegio pues le ha debido influir en su decisión. Aquí debemos hacer un inciso y apuntar que ese gran dolor de infancia de la desgraciadísima niña rica es una chorrada como la copa de un pino, la típica tontería como esos comentarios de las modelos que dicen que de pequeñas estaban acomplejadas porque eran demasiado altas y delgadas. Suponemos que Vicky iría a un colegio mega ultra exclusivo y que lo normal sería que no el padre, sino su chófer, llevara a sus compañeros en Rolls y Jaguar, como mínimo, por no hablar de helicópteros. Hombre, si iba a un instituto de Brixton pues se entendería pero, no, no nos cuela.
Otro detalle que tampoco cuela, por mucho que el pie de foto nos intente hacer comulgar con ruedas de molino es que presenten como prueba irrefutable del embarazo de la Beckham la ya mencionada foto grunge en la que ellos afirman que ya se le nota tripita. Si eso es tripita, el resto de la humanidad está embarazada, sin duda, porque no le sale ni un leve michelín.
En cualquier caso, por Kate lee esto, que seguro que lo hace, mi recomendación es que elija cosas más sobrias. Un Dior, un Bottega Veneta, un Chanel… lo de siempre, como la monarquía en la que va a entrar, que se deje de modernidades.