Katy Perry no es la primera (ni probablemente tampoco será la última) en salir a la calle cada día con una peluca diferente. Lo que pasa es que ella tiene una explicación a tanto cambio de peinado. Katy Perry se ha tomado muy en serio sus deseos de convertirse en estandarte pin-up bizarro de esta nuestra generación y ya se sabe que quien la sigue la consigue.
Aunque a primera vista pordría parecer que no, vivimos en la era de postizos y pelucas. Vean, por ejemplo, las extensiones de su gran amiga, la también cantante Rihanna (de la que se rumorea que tiene contratados cambios de estilismo capilar hasta bien entrado 2013), o los cambios radicales a los que ya nos tiene más que acostumbrados Lady Gaga. Pensándolo bien, ¿cada día se lo curra menos o es que sus continúos intentos de sorpresa han dejado de ser sorprendentes?
Ante este panorama tan peludo y ahora que parece claro que lo de las pelucas es tendencia, una se pregunta... ¿quién le dice a Katy Perry cuál es el color de la semana? O, lo que es peor, ¿qué tipo de villano le recomienda plantarse en la Paris Fashion Week Sea como fuere, esa persona nos ha permitido vivir un hecho de dudoso valor histórico: la confirmación definitiva de que el (ya de por sí escaso) gusto de Katy Perry ha pasado a mejor vida, y sin posibilidad de reanimación. Descanse en paz.
Definiviamente a Katy ya sólo le queda tratar de mantener su reputación rindiéndose a los colores pastel, que tanto le gustan, y alternarlos con los azulones más vivos. Todo dependerá de qué vestido de látex lleve ese día. Parece mentira –y hasta un sacrilegio– lo que diré a continuación: ¡Si hasta parece que su marido, el actor Russell Brand
Claro que siempre es preferible dar el cante por hortera de bolera, como la propia Katy, que por mal empelucada. Que se lo digan a Beyoncé, a Lil' Kim, Kelly Rowland o al mismísimo BeyoncéLil' KimKelly RowlandJohn Travoltaque todavía se deben estar tirando de los pelos por haberse dejado fotografiar demasiado de cerca...