Ronald Reagan fue el único presidente con una carrera como estrella de cine antes de llegar a la presidencia, pero es Barack Obama el que quedará para la historia como la gran superestrella de la política de nuestra era. En su visita del jueves por la noche al programa 'The View' demostró que su cualidad de estrella se le da tan bien o mejor que su papel de orador político. Si es que hay alguna diferencia entre ambos trabajos.
"Has recibido duras críticas en estos últimos meses, ¿crees que venir a un programa donde cinco mujeres no se callan nunca es lo más apropiado?", preguntó Barbara Walters para abrir fuego. Walters, esa leyenda del periodismo de 80 años que recientemente ha publicado una de las biografías más interesantes del mundo televisivo, se merece un texto para ella sola, pero eso lo dejaremos para más adelante. "Bueno, quería venir al único programa que Michelle ve. Me suele quitar el mando para poneros", aclaró el presidente. "¿Y tú nos ves?", preguntó Barbara. "Claro. De hecho, es la segunda vez que vengo". Y entonces Whoopi Goldberg, que había estado muy callada, aclaró: "No. Es la tercera".
Barack soltó el habitual discurso familiar y americano que aburre y sirve para ir a por más pastelitos a la nevera. "Hace poco fui con Michelle y las niñas a Maine. Aprovechamos para estar todos juntos y pasear". Pero Barack (y sus asesores) también tiene su buena ración de 'punch lines' para despertar al público y mantener su status de gran estrella americana. "Mis hijas aún no son adolescentes, así que todavía les caigo bien", soltó ante las carcajadas de las señoras entre el público. Cuando Joy Behar, una de las presentadoras estrella del programa (son cinco) sacó a colación la labor de descrédito que llevan a cabo las cadenas conservadoras como Fox News en Estados Unidos y le preguntó cuándo iba a dar la cara ante el público y explicar todas las cosas positivas que ha hecho su administración, él le respondió: "¡Ese es tu trabajo!".
La parte de la entrevista de la que se han hecho eco más medios de sociedad es aquella en la que Barack baja de las alturas políticas para opinar de asuntos plebeyos, esos que suelen ocupar la portada de cabeceras como People, InTouch o Us Weekly. "Sé que Lindsay Lohan está en la cárcel", respondió cuando se le preguntó por la ex estrella infantil más famosa del momento, aunque luego aclaró algo muy interesante: "¡Pero no sé por qué lo sé!". "¿Necesita Mel Gibson terapia de autocontrol?", preguntó Behar. "Hace mucho que no veo una película de Mel Gibson", respondió Obama. Pues como el resto de la humanidad, vamos.
La conversación giró hacia cosas tan bajas como Snooki, una gañana de 22 años celebérrima en Estados Unidos gracias a un escandaloso reality show de la MTV llamado 'Jersey Shore' en el que un grupo de jóvenes irresponsables y tanoréxicos son grabados mientras viven en una casa. "¿Crees que Snooki debería presentarse a la alcaldía de Wasilla?", le preguntaron al presidente (Wasilla es la ciudad de la que Sarah Palin era alcaldesa, ¡qué gracia tienen en 'The View'!). "No sé quién es Snooki", respondió Obama.
Ojo, la inclusión de Snooki en la conversación no es casual. Hace pocos meses se produjo uno de los momentos más divertidos de la historia de la humanidad cuando Snooki, adicta a las cámaras de bronceado, se quejó del impuesto que el gobierno de Obama iba a aplicar sobre todas las salas de bronceado del país: una subida del 10% en los precios para ayudar a la nueva ley de protección de la salud. Cuando Snooki se quejó en Twitter, recibió respuesta de nada y nada menos que el que una vez había sido oposición de Obama, el senador John McCain:"Yo jamás hubiera usado tu bronceado como impuesto".
Obama también habló de tecnología y los gadgets de moda. No tiene iPhone, pero sí utiliza BlackBerry. Y tiene un iPod en el que podemos encontrar a artistas que van desde Jay-Z (rapero multimillonario y marido de Beyoncé) a Frank Sinatra. "¿No tienes a Justin Bieber?", le preguntó la presentadora Elizabeth Hasselbeck, que de toda la vida es la más tonta de las cinco. "No, no tengo música de Justin en mi iPod, pero hace poco vino a cantar a la Casa Blanca y es un hombrecito de lo más simpático".
Obama no utiliza el Twitter, "pero creo que existe un Twitter oficial de la Presidencia, que lleva algún veinteañero". Esta manifiesta ignorancia de Obama respecto a las redes sociales, que fueron una de las claves de su éxito, podría molestar a sus votantes más tecnófilos. Obama, puedes decir que tú no actualizas el Twitter de la Casa Blanca, pero no digas que "crees" que existe uno y que lo lleva "algún veinteañero", que queda un poco feo.
El presidente también respondió en la entrevista a una pregunta sobre un tema que hasta ahora no se había debatido mucho: resulta que Obama no es negro sino, según muchos americanos, birracial. Su madre era de raza blanca. "¿Por qué no dices 'no soy un presidente negro, sino birracial'?", le preguntó Barbara Walters. "En América todas las razas son producto de cierta mezcla, no sólo la afroamericana", respondió él. "Pero nosotros sabemos un poquito más acerca de mezclas", puntualizó, mirando a Whoopi Goldberg.
En lo que respecta a su aspecto, Obama también comentó tras el vídeo de un discurso suyo de hace dos años: "¡No tenía tantas canas en esa imagen!". Cuando las presentes indicaron que los presidentes envejecen como todos los demás, Whoopi comentó con sorna: "Sí, pero los negros no nos arrugamos". Y tiene razón: la mayor cantidad de melanina y elastina en la piel negra hace que se mantengan bellos y tersos hasta una edad más avanzada que la de los blancos. ¿A que ahora os apetece que vuestra madre os hubiese tenido con Denzel Washington y no con un tipo blancucho que acabará como una uva pasa?