José Luis Rodríguez Zapatero cumple hoy 50 tacos. Obama también cumple hoy, pero uno menos que ZP. Y completa el trío cumpleañero Antonio Banderas, que celebrará su medio siglo. Es verdad que Banderas no cumple hoy sino el próximo martes día 10, pero como de los tres es el que más nos gusta, nos fijamos en el malagueño, la primera estrella de hollywood 'made in Spain'.
Sarita Montiel había rodado con Gary Cooper y Burt Lancaster "Yuma". Fernando Rey había protagonizado títulos ganadores del Óscar como "French Connection". Pero ningún español se había convertido en estrella de Hollywood hasta que Antonio Banderas aterrizó en La Meca del Cine y sorprendió al mundo con "The Kings of Mambo".
José Antonio Domínguez Banderas nació en la localidad malagueña de Benalmádena, hijo de un comisario de policía y una profesora de instituto. Pronto tuvo claro que lo suyo era el mundo del espectáculo y a los 19 años se trasladó a Madrid, donde estalló la Movida y conoció a Pedro Almodóvar, quien le propuso que adoptara como nombre artístico Antonio Banderas y le ofreció su primer papel relevante en cine: el de "Laberinto de Pasiones".
Con su lenguaje heterodoxo, su afición al exceso y sus tramas rocambolescas, el cine de Almodóvar hiló el éxito de Banderas en el cine español. Con su siguiente colaboración, "Matador", el malagueño optó por primera vez el Goya. "La ley del deseo" solidificó un tándem que funcionaba a las mil maravillas, a pesar de que Almodóvar siempre se consideró un director de mujeres. Y, hablando de mujeres, el pistoletazo hacia el cine internacional llegó al situarlas "al borde de un ataque de nervios".
El cine español afrontaba el que era su primer éxito mundial en décadas. "Mujeres al borde de un ataque de nervios" era la favorita al Óscar a la mejor película de habla no inglesa, pero el premio se lo llevó la danesa "Pelle the Conqueror". De vacío, Pedro y Almodóvar plasmaron su frustración con otra nueva genialidad, aunque esta vez malsana e inquietante: "Átame". El papel de secuestrador torturado capaz de seducir a su secuestrada, Vitoria Abril es, probablemente, la mejor interpretación de Banderas. Pero ese año, 1990, sucedió algo que dio al actor el impulso definitivo en Hollywood.
Madonna estaba en la cumbre de su popularidad. Mientras escandalizaba al mundo con su gira "Blond Ambition Tour", rodaba su documental "Truth or Dare" con el backstage de la misma. Y en su parada en Madrid, se le metió entre ceja y ceja que quería conocer a "ese actor de las películas de Almodóvar". En la cinta, la propia Madonna mostraba su desesperación porque Banderas estaba casado con Ana Leza, pero, al final, le daba un beso en la boca que dio la vuelta al mundo. Y Hollywood, por una vez, compartió los mismos gustos que la reina del pop.
Así, Banderas dio el salto sin saber todavía inglés con una película que no dudaba en explotar los tópicos de lo latino: daba igual español que mexicano, cubano que argentino. El caso es bailar el mambo. Y Banderas fue el rey del género: la película se convirtió en un éxito sorpresa, y Banderas recuperaba ese concepto con el que Rodolfo Valentino inauguró el star system: el latin lover.
Tímidamente, el actor empezó a encontrar hueco en superproducciones estelares del cine estadounidense y consiguió mantener su brillo entre el triunvirato de Meryl Streep, Glenn Close y Jeremy Irons en "La casa de los espíritus", según el libro de Isabel Allende; entre la colección de guapos Tom Cruise, Brad Cruise y Christian Slater en "Entrevista con el vampiro", o entre los oscarizados Tom Hanks, Denzel Washington y Jason Robards en "Philadelphia".
Ya como protagonista, Banderas alcanzó la gloria con "Desperado", la película que presentó la entente del cine latino para el nuevo siglo: dirigida por Robert Rodríguez y protagonizada por Banderas y Salma Hayek. Acción desmelenada, pasión tórrida y un tema de éxito, "Canción del Mariachi", interpretado por el propio Banderas.
Siempre con un ojo en su tierra, rodó con Fernando Trueba "Two Much", y allí sucedió el milagro: rodeado por dos estrellas de Hollywood, Banderas no eligió como en la película a Daryl Hannah, sino a Melanie Griffith para llevar su amor a la realidad. Y con ella, hija de la musa de Hitchcock Tippi Hedren, se casó para siempre con Hollywood. Además de aceptar como suyas a las dos hijas que Griffith había tenido con Don Johnson, alumbró un nuevo retoño: Stella del Carmen, y los cinco forman una de las familias más estables del fluctuante universo sentimental hollywoodiense.
En lo profesional, tras demostrar sus dotes como héroe de acción en "Asesinos", junto a Stallone, tener el trasero más "masticable" de Hollywood en "Nunca hables con extraños", junto a Rebecca DeMonray, y cantar de maravilla en "Evita", en la que se reunió con Madonna y que le hizo optar a su primer Globo de Oro, llegó por fin su consagración: "La máscara del Zorro", vehículo a su mayor gloria producido por Spielberg, reventó las taquillas de medio mundo y le convirtió, según Sharon Stone, en "el hombre más sexy de Hollywood".
En plena cresta de la ola, Banderas decidió que también quería dirigir. Y su musa sería, por supuesto, su mujer. "Crazy in Alabama" se dividió entre el éxito en Europa y el batacazo total en Estados Unidos. Melanie Griffith, en su mejor papel en años, fue alabada a su paso por la Mostra de Venecia y, en cambio, fue nominada al Razzie a la peor actriz del año. A este bache a medias, se sumó que Banderas concatenó unos cuantos fracasos, como "13th Warrior", "The Body" y "The White River Kid", y Banderas empezó a estar a media asta en Hollywood.
Para mantener el parpadeo de la estrella, Banderas se sirvió de su viejo amigo Robert Rodríguez -que contó con él para la exitosa saga infantil "Spy Kids"- y tuvo un inesperado repunte de popularidad con ese robaescenas de animación digital que era Gato con Botas de "Shrek", que pronto tendrá su propio spin-off.
Pero Banderas, siempre inquieto, ha seguido buscando su camino. En Broadway supieron aprovechar su presencia física y su fuerza vocal en "Nine", por la que optó al Tony. En la televisión recibió muy buenas críticas -nominación a los Emmy y al Globo de Oro incluida- con "And Starring Pancho Villa as Himself", donde interpretaba al revolucionario mexicano. Y en España, donde ha seguido acudiendo cada Semana Santa para ser fiel a sus cofradías, ha abierto su productora: Green Moon, con la que volvió a dirigir con "El camino de los ingleses", que recibió un premio en la Berlinale, y ha dado pie a proyectos arriesgados: la cinta de terror "Tres días" y la animación de "El lince perdido".
Pasado el medio siglo, la carrera de Antonio Banderas parece vivir un nuevo auge. Su capacidad para resurgir vuelve a hacer efecto y, al rescate, dos monstruos del cine mundial. Woody Allen parece que le tomó el gusto a los actores españoles tras "Vicky Cristina Barcelona" y lo enroló en "You Will Meet A Tall Dark Stranger", al lado de Anthony Hopkins y Naomi Watts. Y, mientras prepara ya su tercer filme como director, que tiene el título provisional de "La fortaleza roja", rueda, después de veinte años, con quien modelara las cinco puntas de su estrella.
Pedro Almodóvar le convertirá en un cirujano plástico que venga la violación de su hija a golpe de bisturí en la esperadísima "La piel que habito". Tenemos Banderas izadas para rato.