Olivia Newton John sólo ha aparecido en medio en los últimos años por motivos poco alegres. En 2005 su novio desde hacía nueve años desapareció sin dejar rastro en la costa californiana, levantando todo tipo de sospechas sobre si había sufrido un accidente o había simulado su propia muerte para un asunto muy sucio de evadir impuestos. El programa de televisión norteamericano Dateline aseguró en 2007 que estaba vivo y viviendo en Puerto Vallarta, México. Por si no fuera poco, en 2007 volvió a ser noticia al anunciarse que su hija Chloe padecía anorexia.
Por cosas como estas es bueno volver a ver a la que fue una de las cantantes más vendedoras de los setenta y los ochenta tan guapa y de vuelta en una alfombra roja, en esta ocasión en el Festival de Toronto. Con ella iba su hija Chloe, que ya parece recuperada de su anorexia pero a la que, eso sí, la cirugía estética cuando sólo tiene 24 años ha hecho estragos. Sus abusos con el colágeno de los labios son tema habitual para la prensa rosa australiana. No sabemos si van al mismo cirujano, pero los resultados de la madre, de 61 años, brillan con luz propia al lado de los de su hija.
Newton John, que interpretó a la adolescente Sandy en 'Grease' cuando ya tenía 29 añazos, logró olvidarse hace unos años de su novio desaparecido, muerto o lo que sea y se casó de nuevo con John Easterling en 2008, dueño de una compañía de remedios herbales y naturales. A ella le encantan estas cosas naturales y ha publicado algún disco espiritual y de autodescubrimiento en la última década. Todo esto tiene mucho que ver con haber sido una de las primeras artistas pop en mostrar públicamente su lucha contra el cáncer de mama que le fue detectado en 1992.
Además, para recordar a las nuevas generaciones que antes de Lady Gaga y todas sus amiguitas existieron algunas como ella que allanaron el terreno en lo que respecta a vídeos musicales espectaculares y atuendos locos, ha tenido dos apariciones especiales en la serie musical del momento, 'Glee'. Al fin y al cabo, recordemos, ella también tenía una canción llamada 'Don't stop believing'. Pero no era la de Journey. Era mejor.