¿Has superado los cuarenta y deseas ser padre soltero? ¿Has leído que ellos han podido y te preguntas por qué tú no? Los tiempos cambian y lo que hace unos años sonaba a ciencia ficción, como aquella primera niña probeta española que nació hace 27 años, hoy en día puede hacerse realidad. Mucha esperanza, unos 100.000 euros y un billete para Estados Unidos te separan del sueño.
La legislación española prohíbe las madres de alquiler, pero es una práctica extendida en países como India y Estados Unidos. Ricky Martin y Miguel Bosé han saltado a los medios en los últimos meses como ejemplos glamourosos de una paternidad cumplida con éxito y su evidente estado de felicidad ha hecho que centenares de hombres solteros (gays o no) se lancen a pedir información sobre el tema, tabú en nuestro país hasta que hace bien poco.
De hecho, según la abogada María Jesús Basco, responsable de ‘Vientre de Alquiler Madrid’, el primer servicio jurídico de este tipo de la capital, miles de parejas heterosexuales españolas han recurrido a una madre de alquiler en el extranjero en los últimos veinte años. "Ninguna ha saltado a los medios porque en el registro civil, a diferencia de lo que ocurre con un hombre soltero, no les ponen ninguna pega para inscribir al bebé, que llega con su certificado de nacimiento totalmente en regla", explica Basco. "El 99% de esas parejas podían generar óvulos y espermatozoides sanos, pero la mujer sufría problemas en el útero", añade la experta.
Sólo en California, decenas de agencias gestionan con total seriedad los derechos y deberes de las madres subrogadas –término legal para una persona que cede su útero para la gestación de un óvulo fecundado, generalmente no propio- y las personas interesadas en contratarlas. También se encargan de facilitar el acceso a clínicas, ginecólogos y servicios jurídicos que llevarán a cabo el papeleo. En total, ser padre soltero ronda los 100.000 euros, siempre aproximadamente. Algo más si son gemelos, pero no el doble.
"El padre puede elegir a la madre, conocerla en persona si quiere, pedir pruebas médicas específicas además de las protocolarias para conocer su estado de salud en profundidad, disponer de datos como la raza, el origen, la religión, rasgos de la personalidad o estudios", afirma Basco.
Si el 'flechazo' entre las partes se obra, firmarán un detallado acuerdo por el que la madre de alquiler cede todos sus derechos sobre el futuro bebé. A cambio de la gestación, recibe alrededor de 30.000 euros, un 25-30% del total. "En contra de lo que se suele pensar, las mujeres que inician el proceso lo hacen sobre todo por un motivo altruista y lleno de generosidad. Por supuesto que se les paga, cómo no, pero no es el dinero el principal incentivo. Casi todas son de clase madia o media alta", explica la experta.
Una vez que el bebé nace y todos están bien, la criatura llega a España con pasaporte norteamericano, pero la inscripción del bebé en el registro civil español, otro momento crítico del proceso, ha supuesto para muchos padres solteros un autentico calvario. Una madre soltera puede inscribir al niño, una pareja heterosexual que haya recurrido a una madre de alquiler también, pero no así un varón.
"Las parejas de chicos homosexuales o hombres solteros han saltado a los medios precisamente porque no se les reconoce ese derecho a inscribir a sus hijos", afirma Basco. El pasado mes de octubre salió una instrucción para agilizar estos casos por la que el padre soltero debe realizar el trámite de ir a un juzgado, aportar una sentencia –que diga que él es el padre y que la madre no ha sido obligada a cederle la paternidad, entre otros requisitos legales- y esperar.
"Tarde o temprano será inscrito y pasará a tener doble nacionalidad hasta los 18 años, cuando debería elegir entre ambas. Si los problemas legales persisten, el tiempo juega a su favor, ya que el niño vendría como residente y pasaría a ser español cumplido el plazo de residencia", explica Basco.