En divinity.es queremos desear a Sandra Bullock una feliz estancia en su regreso al mundo de la pizza individual, a las noches de pijama y helado de chocolate, a despertarse borracha en los sofás de una discoteca descubriendo que sus amigas se han ido sin ella y a revisionar viejos episodios de 'Sexo en Nueva York' en los momentos de insomnio. Tras muchos meses de toma y daca, por fin se ha divorciado de Jesse James. Y bien que ha hecho: él ha demostrado ser un gañán de los que hacen historia.
Jesse James y Sandra Bullock se casaron en 2005. Bullock lo conoció cuando intervino de intermediaria para que su ahijado, de entonces 10 años, conociese a James, que era su ídolo debido a una serie de documentales sobre motos emitidos en Discovery Channel que lo hicieron famoso en Norteamérica.
No se sabe si Sandra sigue hablando a su ahijado o le ha cogido manía por haber sido el responsable de que conociese a semejante pieza. Lo que vino después todos lo sabemos: él demostró tener un excelente gusto por el adulterio. Una serie de mujeres que parecían salidas del catálogo de un prostíbulo berlinés saltaron a la palestra afirmando que habían tenido aventuras con él.
Pero fue un affaire de once meses con Michelle 'Bombshell' McGee, una stripper y modelo de tatuajes que era la finura y la elegancia personificada, lo que se convirtió en uno de los escándalos mediáticos del año en Estados Unidos e hizo que Sandra quedase como la cornuda de América. Eso sí, el destino le dio una pequeña compensación, ¿o era una señal de lo que se avecinaba? La película que estaba rodando mientras todo esto ocurrió, 'The blind side (Un sueño posible)', le dio su primer Oscar.
Finalmente, tras muchos meses y idas y venidas (especialmente las de él al centro de rehabilitación), Sandra y Jesse acaban de firmar los papeles del divorcio, alegando que la convivencia se había "vuelto insoportable". Sandra se queda con un Oscar y con el pequeño Louis Bardo Bullock, un bebé de tres meses y medio nacido en Nueva Orleans que ya planeaba adoptar cuando estaba con Jesse James y que ha decidido criar ella sola tras la tormenta.
Actrices, modelos y estrellas del pop del mundo: sabemos que os gustan los chicos malos y con tatuajes, pero el tiempo ha demostrado que al final lo que necesitáis es un chico bien peinado que deslice la mano por vuestros cabellos cuando el mundo se presenta cruel y frío ahí fuera. "Piensas que eres tan malo, que vuelves locas a las mujeres/Que las ciegas con el flash de tu sonrisa perlada/Pero cariño, esta noche has encontrado a tu oponente/Esta noche te voy a hacer arder/Justo como a Jesse James". Cher cantó esta canción en 1989 y fue un éxito en el Top 10 americano. Ni con semejante aviso sonando en todas las radios del país casi veinte años antes pudo Sandra Bullock darse cuenta de que alguien llamado igual que el forajido más famoso del Oeste no podía ser trigo limpio.
Es posible, de todos modos, que el carácter excesivamente lúdico del muchacho no jugase un papel decisivo en esta historia y esta tragedia conyugal estuviese predestinada.
Sólo hay que echar un vistazo a las biografías de las actrices que han ganado una estatuilla recientemente para dar con un dato pasmoso: siete de las nueve ganadoras al Oscar a Mejor Actriz en la última década han terminado separándose o divorciándose poco después. Hillary Swank lo ganó dos veces, en 2000 y en 2005. En 2006 su matrimonio con el actor Chad Lowe ya era historia. El hecho de que en los agradecimientos de su primera estatuilla, en 2000, olvidase su nombre entre los agradecimientos, no indicó nada bueno.
Julia Roberts rompió con el también actor Benjamin Bratt justo tres meses después de llevarse a casa el premio por 'Erin Brockovich', al año siguiente. En 2002 fue Halle Berry quien ganó, por 'Monster's ball', y para no faltar a la tradición se divorció de su marido, el cantante Eric Benet, un año después (un caso además semejante al de Sandra, con infidelidades y problemas de adicción al sexo por parte de él).
Charlize Theron, ganadora en 2004 por 'Monster' no estaba casada con el actor Stuart Townsed, pero eso no fue óbice para que en enero del año siguiente también se dijesen mutuamente: "ahí te quedas". Otra rubia ganó en 2006, Reese Witherspoon, sólo para divorciarse ocho meses después de su marido, el actor Ryan Phillippe. Y una tercera rubia, Kate Winslet, ganó el Oscar en 2009 por 'El lector', justo trece meses antes de sorprender a propios y extraños con el anuncio de su divorcio del director Sam Mendes, dado que ambos formaban una de las parejas más admirables y estables de la industria.
Sólo uno de los hombres ganadores de un Oscar al mejor actor en la última década se ha divorciado: Sean Penn. Si esto no da para escribir alguna tesis feminista acerca del reconocimiento profesional de las mujeres en la industria del cine y su incompatibilidad con el matrimonio, que baje Dios y lo vea.