Las fotos de Scarlett Johansson marcando tripita y muslazos nos alegran el día
Antes de que me acusen ustedes de ello, ya entono un mea culpa. Esta noticia está escrita desde la envidia insana y esa perfidez que dicen que es femenina pero que todos tenemos. Podría hacerme la guay, la compasiva, la solidaria con mi género, pero no. Lo digo a los cuatro vientos y la que no lo reconozca, miente. Me alegro mogollón de que Scarlett Johansson esté hecha un pequeño tonel.
Todas tenemos nuestros defectos pero ella parecía que no, que además de tener un rostro angelical y perfecto, aunque estuviera un pelín rellenita, daba igual, por que se la veía tersa, sin celulitis, sin los defectos que dan los 3 kilos de más que la convierten en la más sexy. La culpa no es suya sino del photoshop y de la industria de Hollywood que busca dobles para las escena de sexo y todas pensamos que la cara preciosa acompaña a ese escultural cuerpo. Y así vivimos, acomplejadas, engañadas, muertas de hambre y con agujetas para intentar conseguir el cuerpo que las estrellas, según podemos comprobar en las fotos que publica Semana, tampoco tienen, jajajaja (risa maléfica).
La noticia es que Scarlett desmiente oficialmente que esté embarazada. La fotografiaron haciendo footing con su actual pareja, Sean Penn, y, vamos, yo no quiero decir nada porque no me gusta criticar, pero no hay más que ver las fotos para observar que tiene una tripa prominente y flácida y un muslamen tirando a desbordado. Y no sigo porque, como ya he dicho, odio criticar, pero esto no lo es, simplemente describo.
En cualquier caso, si yo fuera la publicista del Scarlett (mis lectores habituales, si los hay, ya sabrán que me paso la vida postulándome como agente de prensa de estrellas) yo no hubiera desmentido el estado de gestación. A ver, Johansson es una sex symbol, una estrella, alguien que vive de hacer soñar a los hombres con yacer con ella y a las mujeres en convertirse en alguien parecido. Así que si está gorda, lo mejor es decir que es por una causa noble, como el embarazo, no porque se ponga ciega de Donuts.
En el texto de la revista dicen que su portavoz (al que yo ya hubiera despedido) ha comentado que no está encinta, que es cosa de las fotos y la postura y que, de hecho, está en mejor forma que nunca porque lleva cuatro meses entrenándose para su próxima película, de acción. Pero hombrededios ¿cómo se te ocurre decir que está mejor que nunca? La imaginación humana es tirando a puñetera y, obviamente, en el instante pensamos que si ahora está así, ¿cuántos kilos pesaría hace ocho meses?
Después el artículo, que no es muy amable, continúa hablando de su relación con Penn, que le dobla la edad. Dicen, como si tal cosa, que ella se divorció de Ryan Reinolds y dos semanas después ya la habían fotografiado con Penn. Vamos que parece que Sean tuvo algo que ver con la separación.
De todas formas, quizá este artículo no sirva para nada y dentro de un mes digan que está embarazada. En Hollywood son muy de no confirmar gestaciones hasta que pasa un tiempo prudencial, como los monarcas. Pero mientras, estamos tan contentas pensando que la Johansson está gordita, como nosotras.