Las Segrelles invitan al Yeti a su mesa esta Navidad
En estas fechas tan entrañables en las que se producen los mayores números de suicidios y de divorcios del año, las revistas cardiacas se empeñan en crear falsas ilusiones en la gente mostrando imágenes idílicas de familias felices. No diré que no haya clanes con el mismo apellido que no estén encantados de reunirse por estas fechas o que no haya cenas de Nochebuena que sean la felicidad personificada, pero en fin, el cariño, el roce, la confianza y la familia crean a veces conflictos y eso no aparece en el papel couché.
Las revistas deberían tener muy claro que lo que sale en sus páginas en estas fechas crea tendencia. Si la Preysler decide decorar el árbol con bolas blancas y luces plateadas, pues las existencias de esos dos elementos se agotarán de inmediato. Por eso hay que prestar mucha atención a lo que sale en estas revistas. De todo lo aparecido yo destacaría el reportaje que Hoy Corazón dedica a la familia Segrelles. Bueno, más bien a la madre y la hija, porque esa familia es claramente un matriarcado que continúa con las dos gemelas que acompañan el reportaje y que son tan parecidas que el pobre abuelo es (según dice la Sra. Segrelles) incapaz de distinguirlas, que ya le vale.
No caeremos en la fácil crítica sobre ese estilismo que hace entender que no las incluyan entre las más elegantes. Las Segrelles tienen personalidad propia, no siguen las tendencias. Así que se ponen un jersey de leopardo como de mercadillo (que probablemente les ha costado medio ojo de la cara o no, nunca se sabe…) para celebrar la noche más importante del año. En cualquier caso, gracias a los dioses, ellas tampoco necesitan destacarse por sus modelos , tienen cosas más importantes que hacer con el Club Siglo XXI, uno de los más influyentes de nuestro país; pero, sintiéndolo mucho, si uno posa para una revista de estas se arriesga a que se comente sobre ellas.
Pero los estilismos y la confusión respecto a las nietas son lo de menos. Lo que más nos llama la atención es algo que sabemos que traerá cola. Antes, las familias de la alta burguesía invitaban a un pobre a su mesa en estos días. Ahora resulta que la tendencia es invitar al propio Yeti, al hombre de las nieves que claramente se ve sentado al fondo en la mesa donde ellas posan sonrientes. Una vela redonda blanca hace que no se le distinga del todo, pero sí, Big Foot está allí, todo gris, en el centro de las fotos, presidiendo.