Susan Sarandon da sopa con ondas a Demi Moore y compañía
Primero, un poquito de antropología. Hay dos términos que esta última década nos ha hecho tener muy en cuenta: 'MILF' y 'cougar'. 'MILF' es el acrónimo para "mother I'd love to fuck", que podemos traducir de manera fina como "madre con la que me gustaría acostarme", aunque el original es un poco más gráfico. 'Cougar' es su equivalente finolis y en realidad quiere decir "puma", pero nadie sabe muy bien el motivo por el que también sirve para definir a una mujer de más de 40 años que prefiere mantener relaciones sexuales con varones que no superen los 30.
La palabra (y la actitud) tiene su propia página de contactos, cougardate.com, en cuyo manifiesto podemos leer: "la palabra cougar [puma] también describe a mujeres que tienen cuarenta años y fuman, beben y van a discotecas para ligar con hombres veinteañeros. Las 'cougars' suelen estar divorciadas, a veces tienen hijos, y son económicamente independientes". Sí, nada nuevo bajo el sol: Mae West ya hacía esto en los años cuarenta y, si nos ponemos, Cleopatra ya lo practicaba antes de Cristo. Pero ahora ya no es sólo el capricho de una señora después de dos botellas de vino, sino un modo de vida y casi un género.
Courteney Cox interpreta a una de estas mujeres en la telecomedia 'Cougar Town' y la cadena de televisión por cable TV Land emite incluso un reality show, 'The cougar', en el que ocho veinteañeros de buen ver compiten por conseguir el amor de Stacey Anderson, una agente inmobiliaria divorciada y con cuatro hijos que vive en Arizona. Demi Moore se convirtió en la "cougar" más famosa del universo al agenciarse al deseado Ashton Kutcher, al que tiene atado en corto desde hace siete años y del que es esposa desde hace cinco. Pero ha llegado alguien que puede dejar su heroica gesta a la altura del betún.
Susan Sarandon, a sus 63 años y tras su separación de Tim Robbins (que, junto al divorcio de Pastora Vega e Imanol Arias, fue el gran golpe para el sueño progresista de los setenta), se deja ver mucho, mucho, mucho junto a su amigo y socio Jonathan Brinklin... que no es dos años menor que ella. Tampoco es doce años menor que ella. Tampoco es veintidós años menor que ella. Es treinta y dos años menor que ella. La última vez, hace escasos días paseando la romántica Italia, donde fue tomada la fotografía que acompaña a este texto. "¿Demi Moore?", parece pensar ella. "¿Quién es Demi Moore?".
Su relación con Tim Robbins ya la había convertido en abanderada de esta actitud en 1986, cuando a los 40 años empezó a salir con el actor, de 28, al que conoció durante el rodaje de 'Los búfalos de Durham'. Pero ahora tiene a la prensa sorprendida al dejarse ver en eventos y viajes con Jonathan Bricklin, un empresario de 31 años que posee, junto a Sarandon, un club de ping pong (¿?¿) en Nueva York.
Sarandon nunca ha confirmado que Bricklin sea su pareja, pero tampoco lo ha negado. Respondió a la revista Entertainment Weekly (durante una entrevista en la que precisamente promocionaba su club de ping pong, llamado Spin) con un lacerante "sin comentarios" cuando se le nombró a su compañero empresarial. Y luego añadió: "Es demasiado tiempo sin salir con nadie como para volver a ello... Es cierto que me encanta la idea de estar enamorada, y me encanta la idea de tener compañía. Quién sabe qué pasará mañana en lo que se refiere a romance y compañeros. Es a la vez emocionante y aterrador. Creo que el truco está en seguir adelante, sin más, y decir sí a la vida".
Tim Robbins, que lo lleva peor, ha declarado al Daily Telegraph que está viviendo tiempos duros tras la separación y ha grabado un disco enteramente dedicado a la crisis de mediana edad. Mientras tanto Sarandon ha declarado de que está encantada de que le llamen "cougar". En el caso de que sea cierto que mantiene un romance con Jonathan Bricklin no es que esté diciendo "sí la vida", sino que estará sencillamente diciendo: "sí, sí, sí, sí, ¡sí!".