La incursión de Elena Anaya en el universo almodovariano está sirviendo para conocer a la actriz como nunca. Todo gracias a una agotadora y laboriosa promoción en medios de todo el mundo. Por ejemplo, gracias a El Periódico, diario catalán, hemos averiguado que Elena es del Barcelona. No muy futbolera, pero sí lo suficiente como para no perderse un encuentro de los culés. Adora, por supuesto, a Guardiola, "veo al entrenador y pienso qué maravilla, qué equipo". Y no le gustan otros conjuntos, adivinen cuál: "Luego ves a otros que dan vergüenza".
En Las Provincias, la palentina dijo que ser una estrella supone pagar "un precio incalculable". Se refería a la presión mediática que tienen que soportar compañeros suyos como Penélope Cruz o Javier Bardem. Cree que en España "hay muchas estrellas sin protección". Y de propina, el abucheo en la gala de los Goya. Lo pasó mal, reconoce.
Sobre todo porque ella no es ninguna diva. Tal y como ha reconocido en el último número de Marie Claire, o como han comprobado los paparazzi en alguna ocasión, es habitual verla pasear o tomarse algo en una terraza del el centro de Madrid con la cara lavada. Ésta es una entrevista donde también se destaca su fuerte carácter. Ella no da rodeos para describirse. Reconoce que desde los cuatro años tenía mucho genio. Y en la entrevista con el diario valenciano ya había dicho, sobre el compromiso político de los actores, que ella, ante todo, es protestona.
Pero lo mejor de la entrevista en Marie Claire fue acceder a su concepto de lo que es la belleza: "Yo no utilizo mi belleza, sería banal. Me siento guapa si me siento a gusto. Ese es el secreto: Estar bien contigo misma. Admiro a esas heroínas que se levantan a las siete de la mañana y están bien todo el día. Me parece un acto de valentía. Yo no puedo. No soy así".
Allí también supimos de sus simpatías por el 15-M. Y como tal, no es precisamente una enamorada de la voracidad del mundo de la moda: "La disfruto y formo parte de ello. Lo reconozco. Sobre todo cuando tengo que hacer una aparición pública, como en Cannes, cumplo con los requisitos, pero en mi vida normal me da un poco igual: La moda alimenta una espiral de consumo irresponsable".
Una actriz con una personalidad arrolladora. No es extraño, pues, el titular que eligió El País con sus palabras: "Elegí este trabajo en mi adolescencia, y lo hice por pasión. Por pasión no te puedes achantar". Y eso que luego asume que es tímida y que esa es la mayor barrera que tiene para trabajar, como contó en el magazine Paper. Pero ya sabemos que trabaja estupendamente, por lo que imaginamos que esa timidez le tiene que estar poniendo las mejillas rojo picota cada vez que se encuentra con que cada Quiosco de la ciudad está forrado con su cara en todas las portadas.