Era marzo de 2021 cuando Beatriz Montañez abandonaba su retiro mediático para contar su historia. Una huida del ruido (literal y metafórico) que le animó a abandonar la televisión para instalarse en una casa perdida en el campo en la que disfrutar del silencio y la soledad buscada viviendo con apenas 150 euros al mes. Fueron pocos los que no opinaron sobre esta inesperada decisión vital de la que fue presentadora de espacios míticos como 'El Intermedio' o 'Hable con ellas' y que plasmó en 'Niadela', obra autobiográfica a la que puso por título el pueblo que hoy es su hogar. Pero este acto de compartir su nueva realidad le ha traído más de un quebradero de cabeza.
Así lo ha hecho saber en una reciente entrevista para 'A vivir', el programa que Lourdes Lancho presenta en la Cadena Ser. En ella, la comunicadora ha contado que en estos últimos meses ha recibido la visita de varios "intrusos" ("no los llamo fans") que se han "dedicado a revolotear" por las inmediaciones de su casa, dejándole notas anónimas, observándola con prismáticos y rompiendo con esa "libertad" de la que gozaba en su enclaustramiento rural.
"Ha sido muy frustrante sentirme vigilada en mi propia casa y por primera vez en cinco años, donde no he sentido miedo de la naturaleza, si lo he sentido con las personas que me observaban y me vigilaban, y se convertían en intrusos dentro de mi propio hogar. Así que por favor, pido a aquellos que tengan la intención o que estén buscando dónde está Niadela, o que quieran venir, que no lo hagan. Que respeten mi decisión", ha manifestado a esos seguidores de su carrera que se han entrometido de forma "invasiva" y física en su intimidad.
Esta situación límite que Beatriz Montañez ha puesto en manos de la Guardia Civil ha derivado en algo que jamás imaginó cuando su editorial le propuso escribir 'Niadela'. "Yo prefería que el libro saliera, hacer una única entrevista con un único medio para que el libro efectivamente fuera conocido y la gente conociera mi historia y la decisión tan maravillosa y las consecuencias que iba a tener maravillosas que también ha tenido en mí", le ha planteado a Lancho en su programa de radio.
Sin embargo, además de esta intromisión en su día a día, le ha obligado a tener que aguantar que algunos le insulten, aseguren que está "loca" por su forma de vida alejada de lo normativo y planteen que podría sufrir algún tipo de "enfermedad mental" o "que tenga una seria depresión". Tras este linchamiento, la reflexión que saca esta periodista nacida en Ciudad Real es que "antes de criticar y antes de insultar y antes de de dar una opinión que parte única y exclusivamente de la corta visión humana (...) hay que salir de uno mismo para entender las decisiones que toma el otro".