Dani Rovira se ha convertido en el ‘superhéroe’ de muchos tras anunciar que le han diagnosticado cáncer. Con su optimismo a la hora de anunciar que se enfrenta a un linfoma de Hodgkin para el que le “sobran fuerzas” para “salir airoso”, el actor de ‘Ocho apellidos vascos’ ha llenado las redes de mensajes de solidaridad y unidad ante la enfermedad.
Pero el humorista tuvo un maestro: Pablo Ráez, el joven deportista que creó un movimiento en pro de la donación de médula ósea durante su batalla contra la leucemia. Fueron íntimos. De hecho, Dani fue uno de los vips que más visibilizó el mensaje de Ráez. Alguien que ahora, por devenires del destino, se ha convertido (aún con más motivos) en su “héroe favorito”.
En su primera semana de quimioterapia para acabar con “el bicho”, Rovira ha hecho suyo el hashtag #SiempreFuerte, lema vital de su amigo Pablo. A él le ha dedicado el post en el que ha anunciado la lucha a la que le tocará enfrentarse durante los próximos meses.
“No tengo miedo. Estoy tranquilo. Llevaré estos meses una mochila, quizá, un poco más pesada en tiempos de incertidumbre, miedos y pandemia”, contó con positividad. Aunque asume que lo que viene no será nada fácil, también comunicó que los médicos le han informado de que el pronóstico es bueno y que las sensaciones de los profesionales que le están cuidando no son malas.
Con su historia, Pablo Ráez consiguió cambiar el mundo. En 2015, cuando apenas tenía 19 años, le diagnosticaron un tipo de leucemía. Consiguió ganar la batalla y continuar su vida en Londres, pero un año más tarde la enfermedad volvió a aparecer.
Desde ese momento, las redes sociales se convirtieron en el altavoz perfecto para difundir su mensaje: hacer ver que los afectados por el cáncer son “guerreros” y reivindicar que la donación de médula salva vidas.
Ese mismo año, las donaciones se multiplicaron por mil. Un poder de implicación que no pasó desapercibido para Dani Rovira, que no tardó en sumarse a la lucha del malagueño. “Tenia ganas de conocerme, no fue nada forzado”, contó tras su primer encuentro. De aquí surgió una amistad que mantuvieron hasta el 25 de febrero de 2017, día en el que Pablo Ráez perdió la vida.
“Te prometo que haré todo lo que teníamos pendiente, amigo. Te siento más cerca y más vivo que nunca. Te quiero con toda mi alma”, escribió el humorista en su perfil de Twitter a modo de despedida. Ahora, esta amistad se ha convertido en una motivación para Rovira, que tiene muy claro que “todo esto pasará”.