"No ha querido hacer ningún comunicado. Su manager le comentó que si quería hacer uno, pero Dulceida decidió que no y que lo cerraba sin más", nos cuentan desde su entorno. La siguiente pregunta que se hace todo el mundo es bastante obvia: ¿Y los motivos? "Dulceida está harta de las críticas feroces y gratuitas. Twitter se ha convertido en una red social de odio profundo, en la que la gente se permite insultar y vejar sin revelar su identidad".
Aida Domenech está acostumbrada a que se cuestione cada paso que da en redes. Pero la última polémica con su colección de ropa de baño ha sido definitiva para tomar esta drástica decisión. Todo comenzó con un viaje a Ibiza que la influencer organizó junto a Laura Escanes, María Pombo y más amigas para promocionar su firma. En los comentarios de las fotos, sin embargo, miles de usuarios la criticaron por la ausencia de variedad de tallas y cuerpos en esta campaña.
"Todos somos criticables, pero antes mírate al espejo porque seguramente tú también tengas errores", explican fuentes cercanas a Dulceida. "La gota que ha colmado el vaso ha sido el ataque masivo de críticas a las tallas de su última colección cuando ella solo ha querido hacer algo con amigas". La polémica ha ido creciendo más y más a lo largo de los últimos días por la existencia de un vídeo publicado hace apenas unas semanas en el que la catalana hacía un alegato (muy aplaudido entonces) por las mujeres "sin complejos".
"Dulceida estaba harta de las críticas fáciles y ha preferido dejar de leerlas. Sin más. Muchas de las cosas por las que es criticada no solo las hace ella, pero al final se acaba llevando todos los palos. Da igual lo que haga", explican, haciendo referencia a los actos de otros compañeros de profesión.
Su madre también ha reaccionado en redes en este sentido. Anna Pascual, que aún mantiene su perfil de Twitter, ha contestado a una fan de su hija. "Leer tantas barbaridades de gente que no tiene ni idea al final cansa. ¿Con qué derecho faltan al respeto e insultan? Qué educación mas bonita tienen. Al final es una persona que se lo ha currado desde el minuto 0", sentenciaba en defensa de Dulceida.
Alba Paul, su mujer, también ha entrado al trapo. "El problema aquí es que se haga algo bueno o no siempre se juzga o se le da la vuelta para que sea malo. Muy respetuosa creo que soy escuchando las barbaridades que escuchamos diariamente", respondía a una hater. Sin embargo, tal y como asegura su entorno, ni ella ni Àlex Domenech, hermano de Dulceida, tienen pensado abandonar Twitter.
Para tranquilidad de sus fans, a pesar de su último movimiento, Dulceida no tiene pensado dejar el resto de redes sociales. Tampoco Youtube. "En Instagram también hay críticas, pero son más sutiles. La única que genera odio gratuito es Twitter. Al final no deja de ser una persona y te duele, duele que te ataquen por todo. Ya no quiere exponerse más a críticas anónimas tan descarnadas".