El frío empieza a asomar y a Javiera Mena (Santiago de Chile, 1983), que hace nada agarró sus maletas y a su gata y se vino a vivir a Madrid, le intriga saber cómo será su primer invierno aquí: “¿Se alcanzan los bajo cero?”, tantea antes de arrancar la entrevista. Esta cantautora y productora chilena es nueva aquí pero no lo es en el terreno musical, donde lleva componiendo y haciéndonos bailar desde mediados de los 2.000 con el electropop de ‘Luz de piedra de luna’, ‘Yo no te pido la luna’, ‘La joya’, ‘Espada’, ‘Otra era’ o ‘Dentro de ti’, entre otros temazos.
Javiera se ha convertido en una de las artistas chilenas más populares de los últimos años aunque claro, si echamos la vista atrás, hay mucho curro ahí: empezó en el circuito independiente y en festivales autogestionados y, tras años de trabajo y de visibilizar la figura de la mujer también en la producción, Mena ha fichado por Sony, está a punto de sacar su sexto disco y, este 2019, se ha convertido en la primera hispana de la comunidad LGTB que ha actuado en Coachella, algo que lleva con mucho orgullo y que reivindica siempre que puede ya que, según explica: "el tema lésbico es algo que todavía no está muy visible y aún más latinoamérica". En Divinity hablamos con ella antes de salir al escenario de ‘Cómplices Vibra Mahou’, el último concierto que dio la artista en la capital.
¿Qué andas haciendo ahora, Javiera?
Estoy en una especie de gira, más o menos terminando. Estoy cerrando una etapa, ya que voy a sacar nuevo material y ahora tengo que irme a Latinoamérica.
¿Es muy diferente una gira cuando fichas por una discográfica?
La verdad que no tiene gran diferencia. Siento que la diferencia con una discográfica se encuentra más en la promoción, ya que el lado del show siempre lo he trabajado de manera independiente y aún sigue así porque tengo mis aliados en diferentes partes del mundo. Así que en ese sentido no: la discográfica no ha cambiado las giras pero sí ha cambiado la promoción y se siente como que hay una cosa más transnacional.
¿Influyó esto en haber llegado hasta Coachella?
No... Yo creo que eso fue un trabajo de fondo, de joyería que venimos haciendo desde hace mucho tiempo. Hace cuatro años que estoy yendo a Los Ángeles, conocí a mucha gente de ahí y yo lo considero un logro. ¡Obviamente tiene que ver con muchas cosas, pero también tiene que ver con un recorrido de muchos años!
Y a todo esto: ¿cómo se siente una después de haber tocado ahí?
Bueno, Coachella fue una experiencia que marcó y en la que comprobé lo mucho que se invierte: las luces, de repente estar en un festival y que todo esté azul, que todo esté rojo… ¡Es impactante, la verdad! Vivimos la experiencia y una semana después fue cuando nos dimos cuenta de lo que habíamos vivido. Y no solamente por ir a tocar, como auditor de Coachella es impactante: las pantallas parecían como hologramas que se salían de las ellas… Se nota que hay una gran inversión (y que la gente puede pagarlo).
Volviendo a tu música, este año has sacado dos singles: una colaboración con Esteman (‘Amor libre’) y una cover de Mecano. Dos canciones que además comparten un mismo mensaje: el amor libre.
Sí, justo se dio la casualidad, o no sé si la causalidad, pero me invitó Esteman, un compositor y artista colombiano para hacer esta canción que es como un himno LGTB, pero también es un himno a renovar el amor que vivimos y a actualizarnos: a decir que los paradigmas están cambiando. Entonces a mí me encanta lo que hace él entonces e hicimos la colaboración que nació desde la amistad.
Después yo empecé a tocar en mis conciertos la canción de Mecano ‘Mujer contra mujer’, que es una canción que a mi público le encanta. Tengo un gran público LGTB, yo también lo soy, y entonces empezó a salir todo supernatural hasta que una amiga me dijo: "¿porque no la grabas y haces un vídeo?" Hicimos el vídeo y al final le di mi vuelta a la canción. ¡A la gente le encanta! Yo creo que fue algo necesario y muy bonito.
¿Crees que sigue estando de actualidad 'Mujer contra mujer' (se publicó hace 20 años)?
Pues totalmente, creo que el tema de 'Mujer contra mujer', el tema lésbico es algo que todavía no está muy visible y aún más latinoamérica. Sigue habiendo homicidios a lesbianas y entonces es una canción revolucionaria y hecha por un hombre y yo creo que es muy bonito, pero creo también que se necesitan más canciones así (y se vienen canciones así).
¿Esas canciones que se vienen son tuyas? ¿Podrías darnos alguna pista?
Estoy trabajando en un próximo disco y me estoy juntando con muchos artistas de España, estoy componiendo letras con otros porque llevo 5 discos componiendo sola y estoy probando esta fórmula: me he juntado con María de ‘Cariño’ y con otros colegas que son compositores ¡y en eso estoy! Y ahora en noviembre, si todo sale bien, voy a sacar un nuevo single y ahí les dejo la pista: va a ser muy muy femenino y con muchas fantasías.
Te has convertido en todo un referente LGTBI, ¿temes que a veces se convierta en "monotema" en los medios y que eclipse tu música?
Sí, hubo un momento que pensé que podía eclipsar mi música pero en un momento de mi carrera ya lo asumí, dije “hay muchos artistas que también lo son” como Kim Petras que lo asumen y es como parte de ti. Creo que no hay que tomarlo como un eclipse porque además sigue siendo un tema importante: sigue habiendo gente que realmente no quiere que esto ocurra y creo que mi opinión cambió con respecto a esto y ahora es parte de mí. Lo tengo que asumir y llevarlo lo mejor que pueda.
Y hablando de ser referente: ¿Qué imagen te gustaría dar?
Me gustaría transmitir la figura de una mujer inquieta y que la gente también sea inquieta y que no se queden con lo que le dicen dicen y busquen también su propio camino desde su autenticidad (que igual es difícil), incluso como homosexual también te pueden exigir estándares y uno no se da cuenta. Entonces me gustaría transmitir ese mensaje: que las mujeres se atrevan a explorar la ciencia, a agarrar un ordenador, a experimentar con el sonido no solamente como un objeto precioso si no como mentes pensantes que también tenemos mucho masculino, que se nos calla un poco y se nos hace ser muy femeninas. Buscar tu propia autenticidad masculino o femenina y no solamente para un lado.
Por cierto, alguna vez has dicho que te sientes un poco bisagra entre la generación X y la millennial, ¿con qué te quedas de cada una?
¡De la ‘X’ me quedo con aburrirse que es lo máximo! Ya nadie se aburre porque con el móvil es imposible aburrirse (ríe). Yo me he comprado una caja en la que meto el móvil, programo tiempo y entonces no me deja sacarlo y ahí me aburro un rato.
De la millennial obviamente me quedo con la información. Internet lo encuentro una maravilla: todas las herramientas que te da, la comunicación con el mundo y más viniendo de un país como Chile, que estamos bastante aislados geográficamente. Desde el primer día que tuve Internet mi cerebro se expandió (pero también hay que aburrirse como los ‘X’).
¿Qué te gusta de España y qué echas de menos de Chile cuando estás aquí?
Lo que me gusta de España es la "cosa social": yo soy Géminis y no sé si creo en los signos o no pero tengo algo muy de los géminis que es lo de conversar. Me encanta conversar y hablar y hablar, entonces aquí tú puedes entablar una pequeña amistad con alguien en cualquier lugar y eso es muy bonito. Y lo que echo de menos de Chile pues... es que ahora estamos en un momento superdifícil y es algo que me duele decirlo… Pero yéndome a lo general extraño mucho la cordillera de los Andes. ¡Siempre he dicho que Chile es un país bien hermoso geográficamente, hay mucha injusticia social y ojalá que cambie esto!