Más de un año después, este domingo 9 de mayo decae el estado de alarma en España. La pandemia aún no ha terminado y todavía hay que continuar batallando para acabar con el coronavirus. Nuestras vidas han cambiado completamente y en este último año hemos tenido que privarnos de un centenar de cosas. Reuniones con amigos, familiares y seres queridos, viajes, fiestas… placeres prohibidos que no hemos tenido más remedio que posponer y a los que muchos famosos se negaron a renunciar, saltándose a la torera toques de queda, restricciones de movilidad entre comunidades o número de personas permitidas por reunión.

Una de las personas que más polémica ha suscitado en estos últimos meses ha sido Victoria Federica. La sobrina de los Reyes de España e hija de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar ha sido pillada en numerosas ocasiones saltándose el toque de queda. La nieta del emérito, según se ha publicado en estos meses, ha burlado todas las normas establecidas el último año. Fiestas clandestinas, viajes a otras comunidades, reuniones multitudinarias sin distancia y sin mascarilla… Victoria Federica ha sido muy cuestionada durante el estado de alarma, aunque lejos de retractarse y pedir perdón tras ser vista por la prensa incumpliendo la ley, la joven ha sido reincidente.

Dentro del seno de la familia Marichalar de Borbón la cosa no termina ahí. El hermano de Victoria Federica, Felipe Juan Froilán, también ha sido visto saltándose la norma. El sobrino del rey fue pillado mientras paseaba por la calle con varias personas, fumando, sin mascarilla y sin respetar el metro y medio de distancia de seguridad. A pesar de las cámaras de los fotógrafos, Froilán no se puso el cubrebocas, salvo para esquivar a una patrulla de policía que se encontró de camino a su destino – desconocido, pero probablemente también ilegal, ya que en sus manos llevaba una botella y todo apuntaba a que se dirigía a una reunión de no convivientes-. También ha sido visto llegando a su casa pasada la hora permitida.

A ellos parecen darles igual las normas para frenar la covid-19, y, por si fuera poco, los hermanos realizaron un viaje en Semana Santa a la Costa del Sol, sin autorización y únicamente por placer. Algo que su propia madre también hizo, al escaparse con unas amigas a una finca situada en Segovia. La hija de Juan Carlos I ha sido muy cuestionada también este último año por saltarse la norma a placer. Una de ellas tras el comentado viaje que hizo junto a su hermana Cristina a Dubái para visitar a su padre y vacunarse contra la covid-19.

Fuera de la realeza encontramos un sinfín de casos de personajes públicos que se han saltado el toque de queda a la torera. Un buen ejemplo de ello es el futbolista del Real Madrid, Marcelo, quien no contento con viajar entre comunidades con su familia e incumplir la norma, presumió de su escapada en redes sociales.

Elena Tablada también ha generado mucha polémica este año. Su asistencia a una multitudinaria boda, aunque defendió y demostró que las medidas de seguridad eran las correctas, o sus escapadas con Raquel Perera y Makoke a restaurantes de una zona confinada de Madrid, han sido algunas de las irregularidades que la ex de David Bisbal ha cometido en este último año. Precisamente en La Moraleja, exclusiva zona de Madrid en la que fueron pilladas Elena Tablada y sus amigas y en la que la incidencia por Covid ha sido una de las más altas de la Comunidad de Madrid en todo este tiempo, también ha sido vista saltándose la norma la recientemente nombrada Marquesa de Griñón.

Tamara Falcó y su novio Íñigo Onieva han sido vistos juntos varias veces incumpliendo las normas del Estado de Alarma. Además de ser pillados en un restaurante pasada la hora permitida y dentro de una zona confinada, Tamara y su novio fueron fotografiados pasadas las 12 de la noche mientras salían de la casa de unos amigos, incumpliendo así la norma de reuniones entre no convivientes y saltándose el toque de queda. A pesar de reconocer públicamente que estaba "supermal" lo que había hecho, Tamara y su novio también se han escapado en este tiempo a otras comunidades para celebrar su amor.

Cancún, Rivera Maya, Tulum, Punta Cana, París… No importa el destino. Al otro lado del charco o a cualquier playa de la Península o las islas. Las influencers han sido uno de los colectivos más cuestionados. Sus viajes por todo lo alto no han cesado en este último año. Han disfrutado y han hecho lo que han querido en estos viajes, camuflados bajo el pretexto de 'viajes de trabajo'. Así, tras firmar colaboraciones con algunas de las marcas con las que trabajan habitualmente, muchas se han pasado el año viajando por todo el mundo para hacer publicidad de las prendas que lucen en sus fotos o incluso de los hoteles y restaurantes que han visitado.