2020 arrancó con el gran renacer profesional de Gisela. La artista "estaba en todo lo alto", su carrera volvía a despuntar después de actuar en los Oscar, tenía "muchísimas ganas", "muchísimas entrevistas" y "muchísimo trabajo" por hacer. Pero en marzo de ese mismo año todo se paró. La llegada de la pandemia supuso un "duro" varapalo para la que fue concursante de la primera edición de 'Operación Triunfo', esa de la que se acaban de cumplir 20 años. Y lo que sucedió después causó importantes estragos para su salud mental.
Así se lo ha hecho saber a Jesús Vázquez en una reveladora charla para su espacio de mtmad, 'El método Vázquez by Fitbit'. En ella, a raíz de un simple (pero importantísimo) "¿estás bien?", la catalana ha contado cómo al principio del confinamiento pensó que sería positivo, una oportunidad para "crear" y tener tiempo para ella misma. Pero no tardó en "desmoralizarse".
"Empiezo a encontrarme mal, se suman muchos miedos. Al virus, a perder a gente de tu familia, a no tener trabajo, a no poder pagar facturas. Eso se me vino encima", le ha confesado al presentador, que ha empatizado con su situación al compartir con ella un oficio que "te pone alerta 24 horas al día" por su inestabilidad. Comenzó a verse vídeos de autoayuda desde casa, a asistir a charlas online y estuvo a punto de pedir ayuda profesional, algo que ya tuvo que hacer en el pesado y sobre lo que ha hablado por primera vez en público.
Gisela se dio cuenta de lo peligroso que es no cuidar la salud mental antes incluso de entrar en la Academia más famosa de la tele. Fue cuando su psicólogo le contó que entraba dentro del prototipo de PAS (Persona Altamente Sensible), un concepto que ya visibilizó Yolanda Ramos hace unas semanas y que supone que un 15 o 20% de la población cuenta con "un mayor nivel de percepción neurosensorial y cognitiva y, por tanto, mayor activación ante ciertos estímulos".
"Cuando me lo diagnosticaron entendí todo, comprendí que digiero las cosas de una manera diferente a los demás", ha explicado. "En este sentido he tenido que recibir ayuda para no tomarme la vida tan en serio. Claro que he tenido ansiedad. Hasta he rozado el pánico escénico. Eso nunca lo he dicho, pero en algún punto de mi carrera no quería salir a cantar. Tenía miedo, ansiedad, hiperventilaba, me quedaba sin aire. Me arrolló. Ahí pedí ayuda para identificarlo".
Tal y como expresó Yolanda en una entrevista para la Cadena SER donde también contó tener depresión, el problema de las PAS, en palabras de Gisela, es que te "agobia estar así, pero también agobia no saber por qué". Su pregunta por entonces era que, si "eres una persona afortunada, tienes un techo, tienes para comer todos los días, vives en un país con muchas posibilidades", ¿por qué estar en esta situación? Pedir ayuda a un terapeuta le hizo responderla.
Además del tratamiento psicológico, la cantante también ha querido reivindicar el papel que tienen sus amigos en estos momentos, concretamente el de sus colegas Chenoa y Natalia, a las que considera "terapéuticas": "Nos reímos como adolescentes. Hablar el mismo idioma con la persona que tienes delante es terapéutico".