Ana Rosa Quintana se ha convertido en un referente para muchas mujeres. La periodista, reciente ganadora del TP de Oro, se siente orgullosa de que su ejemplo pueda servir para que féminas no tan jóvenes sigan teniendo ilusión por la vida y por hacer cosas.
Después de tantos años siendo la reina de la televisión, Ana Rosa no tiene complejos en asegurar que nadie le ha regalado nada, que es una currante y que cada día tiene que esforzarse para cumplir con los objetivos personales y profesionales. Y no cabe duda de que lo que sucedió la semana pasada en su programa con la confesión de Isabel, la mujer de Santiago del Valle, es un hecho de una relevancia periodística sin precedentes. Ana Rosa reconoce que “hacer televisión en directo es una aventura”.
Pero si hay algo que transmite la presentadora, sin quererlo quizá, es esa tranquilidad del que ya ha conseguido todo, profesionalmente hablando. Ella misma lo admite: “La vida me ha dado más de lo que yo pedía, nunca me puse metas”. En cuanto al hasta cuándo pone un tope: “Cuando dejes de sorprenderte, y el día que dejes de emocionarte y el día que dejes de generar adrenalina, ese día posiblemente tienes que marchar porque ya no te interesa”.
Habituada a entrevistar como periodista y, al mismo tiempo, ser objetivo para los medios, lo pone durante la entrevista. No le importa contestar a todo, aunque las preguntas sean sobre belleza, estilo, profesión, o de su madura maternidad. Sobre esto último, admite que el haber sido madre le deja poco tiempo, o casi nada, para dedicarse a ella misma y cuidarse como se supone que debería un personaje de su nivel profesional.
Defensora de la libertad, es partidaria que cada uno haga lo que quiera con su cuerpo en lo que concierne a la cirugía estética. Asegura que no es algo que ella contemple porque su filosofía con respecto al paso de los años va más allá de un bisturí: “Ser feliz y tener luz en los ojos, es más importante que tener o no una arruga”. Eso no significa que no sea coqueta, porque lo es.
A Ana Rosa los años le sientan como a un buen vino. Transmite que no quiere obsesionarse a estas alturas ya por nada. La felicidad hay que buscarla día a día, y ella parece haber encontrado ese secreto que todos anhelamos para encontrarla. Pero si todavía quieren saber más de esta mujer emprendedora donde las haya, escuchen bien su consejo de belleza: mucho peeling de ¡AZÚCAR!