A fuerza de ver los partidos bajo palos, en un equipo como el Madrid, al que le atacan menos que a un modesto, Casillas ha pasado tantas horas solo que se ha convertido en un observador de primera. Es decir, un reportero más que sigue al Real Madrid. La prueba, los montones de fotos que colgó pocos minutos después de ganar la Liga en San Mamés.
Pero hubo una de esas imágenes que tenía un significado muy especial. Mucho más que la de una liga más. Es la foto de Iker frente a la portería en la que debutó el 12 de septiembre de 1999. Día que se comió dos chicharros.
Ésta es la portería y ésta es la foto que sacó. Unas imágenes que fueron bastante conmovedoras, porque Iker se quedó a solas un buen rato, con el estadio a oscuras, hablando por teléfono. Sin duda con alguien muy especial. Como especial es el vídeo que ha colgado en Facebook minutos antes de sacarse esa foto.
Es Iker caminando por el pasillo de los vestuarios de San Mamés. Se escucha el taconeo de sus botas de futbolista. Y él va haciendo confidencias a sus seguidores. Se ve un Casillas muy cercano. Nada que ver con el ceremonioso y comedido de las ruedas de prensa. Es simpático y está muy feliz. Le estaban viniendo a la cabeza todos los recuerdos del día en qué empezó en esto. Quién le iba a decir que iba a conseguir todo lo que ha conseguido y que iba a estar donde está ahora.
El héroe de Sudáfrica comenzó a jugar en el Real Madrid en 1990, hace la friolera de 22 años ¡horreur! Era benjamín en aquel tiempo. Pero su carrera fue meteórica y se enfundó la camiseta del primer equipo. Sólo tenía 18 años. Algo insólito en un portero. Pero ahora es campeón del mundo y de Europa. Iker, queremos más.