Cuando la selección española fue eliminada en el Mundial de Sudáfrica, la prensa de su país se quejó de que muchos de los problemas que los jugadores habían tenido en el vestuario se debían a que provenían de la “cultura rapera”. No se sabe si su entrenador, Laurent Blanc, tomó nota. Lo cierto es que ahora sabemos que los bleus escuchan en el autobús a Edith Piaf y la concentración es un remanso de paz.
En el caso de España, se sabe que en la Eurocopa de Austria y Suiza, Sergio Ramos ponía música en el vestuario, era el DJ de La Roja. Jambao, Nelly Furtado o Amy Winehouse fueron la banda sonora con la que se levantó el trofeo.
Ahora ambas selecciones se enfrentan en cuartos de la Eurocopa. El balón determinará quién merece seguir, pero ¿Y en cuestión de buen gusto musical? Esa es otra historia.
EN LA PORTERÍA
Prejuicio:
Los porteros son gente extraña. ¿Quién decide de pequeño que de mayor va a ser futbolista y se pone a jugar con las manos? Además, se pasan el partido solos, en el mejor de los casos, y quien disfruta solo es o un loco o un Dios.
IPod:
El iPod de Casillas lo conocemos bien: Amaral, El Canto del Loco, Alejandro Sanz y Luis Fonsi. Luego llama la atención Julio Iglesias, su melancólica canción La Carretera es más propia del que ha perdido un amor que del que se encuentra todavía con las mariposas en el estómago como es su caso. Y luego cosas más radioformuleras, como I gotta feeling de Black Eyed Pearls. Enfrente, su rival Hugo Lloris, lleva artistas modernos como Adele (Set fire to the rain) y Coldplay (Lost!), pero luego cosas más curiosas, como Sting (Englishman in New York) y un clasicazo de Police (Every Breath You Take).
Veredicto:
A Casillas le tira mucho la tierra. Lloris es de lo que se apunta los temas de Rock & Gol cuando le molan.
EN LA DEFENSA
Prejuicio:
Los defensas viven de robar balones, siempre al borde del reglamento. Los más expulsados por las tarjetas, también los que más se manchan de barro cuando llueve. Les debería ir la música outsider, rebelde.
IPod:
Los gustos de Sergio Ramos son de sobra conocidos. Especial mención merece el hecho de que ha participado en un disco de flanquito con Canelita. Pero la defensa española es más diversa. Por ejemplo, Piqué tiene gustos muy interesantes. Le gustan grupos británicos postpunk como Joy Division, los Smiths, Happy Mondays y cosas más actuales como los Killers. Luego, a la hora de elegir entre sota, caballo y rey de la historia del rock, su dinosaurio favorito es Pink Floyd. Hasta ahí guay, pero suponemos que Piqué no quiere dormir con su novia dándole la espalda y en su iPod debe figurar, sí, claro, Shakira.
Adil Rami, el defensa titular francés, todavía está enganchado a Michel Teló y su hit (Ai se eu te pego). También el británico Craig David (Fill me In y 7 Days) y un producto francés, Merlot, pop/rock. Y su compañero Mexes, igualmente colgado con Michel Teló. Pero también con lleva a Michael Jackson (Billie Jean) y David Guetta (Titanium)
Veredicto:
Criterios muy personales en todos los hombres. Mucho carácter.
EN EL CENTRO DEL CAMPO
Prejuicio:
El centrocampista construye, elabora el juego y está presente al final en todas las líneas del campo. Debería gustarle temas de buenas y extensas letras. Canciones en las que la duración no es un problema.
IPod:
Xabi Alonso es quizá el futbolista más ilustrado musicalmente de la selección. Este año, cuando el Madrid ganó al Barcelona en su campo se subió a la grada a escuchar Belle and Sebastian. Pero tiene gustos mucho más amplios. Del country pop moderno de Wilco, al punk visceral de Iggy Pop. Xabi es todo un experto, es un fan de Leonard Cohen, de Quique González, que se desmelena con cultura y criterio: Pixies, Stone Roses.
Cesc, en cambio, es más ecléctico. Le gusta Emilia de Poret, Jason Derülo. Pero también el clásico de Police (Every breath you take), la primera canción que se aprendió en inglés, según Rolling Stone, y un secretito inconfesable: David Bisbal.
Los franceses aquí son también muy singulares. Yohan Cabaye se tira al rollo alternativo con Lykke Li. También el hip-hop de Rick Ross. O con temas más evidentes como Viva la vida de Coldplay. Su compañero Malouda, que es el que ameniza las noches en el hotel de la concentración con su equipo de música, lleva música para canturrear todos, como Bob Marley (Duppy Conqueror) y luego su Tarrus Riley o Lil Wayne & Bruno Mars.
Veredicto:
Tanto ellos como nosotros son auténticos sibaritas.
EN LA DELANTERA
Prejuicio:
Decía la canción de La Polla Records que Johnny tiraba los pepinos en un cazabombarderos oyendo heavy metal. Algo así, duro, debe esperarse de los asesinos del área.
iPod:
Nuestro Torres, ‘la gran esperanza blanca ante los franceses’, es como Casillas, le gusta El Canto del Loco. Y a un chico que lleva con su novia toda la vida, es de presumir que también permanecerá siempre escuchando lo mismo.
Ribery, en cambio, tiene una elección ordinaria, a Michael Teló, un poco de rap Jay-Z. Y luego una singularidad que clama al cielo. Le tiene completamente colgado Jennifer López y su On the Floor.
Veredicto:
Delanteros con corazón de oro. ¡Esperemos que se rompa el suyo!