Paseos en barcos, chapuzones en las aguas de Menorca, regalos, paisajes idílicos y copas de vino: no había ningún indicio que hiciera presagiar a Itziar Castro que horas después su suerte iba a cambiar. Las vacaciones de la actriz se han visto emborronadas después de que haya empezado a ser extorsionada a través del teléfono y tuviera que solicitar tanto ayuda ciudadana como de la policía para poner solución a esto. Un ataque de piratas informáticos que ya han sufrido previamente en sus carnes otros artistas como Jennifer Lawrence, que admitía en una entrevista para 'The Hollywood reporter' que "era algo imposible de procesar" o Laura Escanes, que intentaron ursurpar sus redes sin éxito.
La catalana daba un aviso a sus seguidores e informaba que si empezaban a ver publicaciones o contenido extraño en su cuenta oficial de Instagram, ella no estaba detrás. "¿Alguna ayuda?", preguntaba directamente a la plataforma cómo podría arreglar el hecho de que no tuviera acceso a su perfil personal. Tras varias horas intentando solucionarlo e implementando más medidas de seguridad –"cambiando contraseñas de todas las vinculadas, activar más seguridad y otras cosilla"-, Itziar no obtenía ningún resultado, por lo que ha decidido pedir ayuda a la policía descubriendo que estaba sufriendo una extorsión al estar "recibiendo varios mensajes pidiendo dinero a cambio de recuperarla". "¿Y ahora qué?", preguntaba la intérprete a las fuerzas de seguridad a través de Twitter.
Sus intentos de poner remedio a este ‘hackeo’ y no ceder a los chantajes no han cesado, tratando de volver a tener en sus manos cuanto antes su cuenta de Instagram, donde dispone de casi medio millón de seguidores. Para ello, ha escrito también a Silvia Barrero, consultora en seguridad informática, ciberinteligencia e investigación en redes. "Necesito tu ayuda", rogaba Itziar, que detallaba más cómo estaba siendo este chantaje, ya que había descubierto que se estaba realizando desde "teléfonos del extranjero". Asimismo, su compañera de profesión, Silvia Marsó se ha hecho eco de lo ocurrido y ha pedido a todo el mundo que compartiera una captura de estos tweets en la red social en cuestión para que la propia central tenga constancia de lo que estaba ocurriendo.
Precisamente, gracias a un post en la misma red social a la que todavía no puede iniciar sesión, Itziar se daba cuenta de que sufría un lipedema. Una enfermedad congénita que sufre el 11% de las mujeres y de la que se percató un seguidor anónimo al verla desnuda emulando a una de las musas de Botero. Esta patología genética y progresiva se produce cuando las células grasas empiezan a acumular grasa y agua, creando unas bolas que solo se pueden eliminar con intervención quirúrgica y que suelen derivar en “dolor y sensibilidad, así como moretones”, como le explicaba el propio admirador.