Pronto se cumplirá un año desde que a Jorge Javier Vázquez le diagnosticaron un ictus. El parte médico oficial hablaba de una "hemorragia subaracnoidea de origen aneurismático que fue tratada por vía endovascular". Por suerte, el presentador de Telecinco evolucionó favorablemente y hace unos meses volvió a pasar por quirófano para ser intervenido de un estrechamiento en uno de los 'stent' que le colocaron en su momento.
María Teresa Campos también dejó en shock al país al anunciarse que había sufrido un infarto cerebral. Fue el pasado 16 de mayo de 2017 cuando, al salir de la ducha, la presentadora comenzó a sentir mareos, pérdida de visión y parálisis en parte de la cara. Con la ayuda de su empleada del hogar y de su chófer, acudió de inmediato a la Fundación Jiménez Díaz, su hospital de cabecera, donde consiguieron captarlo a tiempo.
En 2011, justo antes de pisar la alfombra roja del Festival de Málaga, Silvia Abascal sufrió un accidente cardiovascular. La actriz, que tenía por entonces 32 años, consiguió recuperarse después de unos duros meses de lucha. En su reaparición en la posterior gala de los Goya recibió el calor de todos sus compañeros de profesión. Y tiempo después, la intérprete lo recopiló todo en 'Todo un viaje', un libro que transformó en toda una lección de vida. "De súbito, sentí un tremendo latigazo desde los oídos hasta el mismo centro de la cabeza. Profundo. Violento", comenzaba su relato.
El caso de María Escario fue algo similar. La mítica presentadora de la sección de deportes de la cadena pública se estaba preparando para posar ante la prensa en los Premios TP. Hablamos de la gala del 13 de febrero de 2012, donde sucedió lo siguiente: “Cuando llegué al photocall, empecé a sentir un dolor inmenso en la nuca y me puse muy mala: se me descompuso todo el cuerpo,me entró una rigidez tremenda en el cuello, se me iban los ojos, vomitaba… Notaba que me estaba muriendo”. Inmediatamente después, María Escario fue ingresada en la Fundación Jiménez Díaz, mismos hospital en el que, 52 años, había llegado al mundo.
Uno de los mayores ejemplos de visibilidad del ictus es el de Sharon Stone. Fue en 2001 cuando la protagonista de 'Instinto básico' acudió a urgencias después de sentir malestar durante tres días. Allí se enteró del desagradable diagnóstico: acababa de sufrir un derrame cerebral. 22 espirales de platino fueron las que emplearon los ciruajanos para reparar la arteria. "La hemorragia era tan fuerte que mi cerebro había sido empujado hacia la parte delantera de mi cara", contó por entonces la propia Stone. Entre otras secuelas, la actriz salió del hospital incapaz de leer y tartamudeando. También perdió sensibilidad en una de sus piernas. Un año después, todo volvió a la normalidad y pudo compartir con el mundo que el infierno había terminado.
El por entonces marido de la infanta Elena tenía 38 años cuando se anunció que había sufrido una isquemia cerebral. Hay que remontarse a las navidades de 2001 para recordar aquel momento en el que Jaime de Marichalar se desmayó mientras practicaba bicicleta estática en un gimnasio de Madrid, su lugar de residencia. En su caso, las secuelas aún se mantienen, como las complicaciones a la hora de caminar que le han obligado a seguir con bastón a día de hoy.
En mayo de 2004, Alberto Contador se lo jugaba todo. Se encontraba disputando una de las estapas de la Vuelta a Asturias. Su carrera deportiva pasaba por su mejor momento. Y a sus 21 años, el ciclista sufrió una hemorragia cerebral. El cuerpo ya le dio un toque días antes de llegar a este punto. Un fuerte dolor de cabeza le puso en preaviso, pero decidió dejarlo pasar. Fue mientras se encontraba en plena carrera cuando comenzó a convulsionar y se cayó de la bicicleta. Una vez recuperado, su palmarés ya es historia del deporte.
Por último, cabe señalar el ictus de Joaquín Sabina. Un accidente isquémico leve le vino en agosto de 2001. Afortunadamente, el cantante pudo recuperarse rápido y volver a su vida normal. Eso sí, cuidándose más.